sábado, 27 de diciembre de 2008

¿Qué son exactamente las fiestas?

Es esa maravillosa época del año donde todos se ponen nerviosos por tener que ver a esos familiares que gracias a dios no ven el resto del año.

Es cuando prendés la tele y todos hablan de las fiestas, por más que falten 2 meses.

Es cuando llenas los baches de una conversación con el clásico comentario "viste que rápido se paso el año", o “¿dónde la vas a pasar?". Aunque realmente no te importe nada y cuando pasan las fiestas podes arrancar una conversación con el famoso "¿y, como la pasaste?

En donde por dos semanas al año tenés algo que decirle a todas esas personas que te cruzás en el trabajo y con las que nunca tuviste relación. "Felicidades...vos, el de seguridad con el corte militar"

Es cuando hace 30 grados a la sombra y vemos pasar gente abrigadísima, vestida de rojo, con barba postiza y un saco al hombro y no nos parece extraño.

Es la única parte del año donde aparece en la mesa esa bebida horrible llamada Ananá Fizz y que solo para esas fechas todos hacen como que es rica, pero nadie vuelve a probar por el resto del año.

Esa noche, antes de las 12, toda la fiesta parece girar en torno a ver quien come más, y después de las 12 en quien toma más.

También es esa época del año donde uno manda a su larga lista de mails felicidades y motivos navideños, aunque no haya tenido contacto desde que mandó esa cadena que aseguraba que iban a cobrar por usar el msn.

Pero también es la época en donde uno, un poquito o mucho, se acerca a los seres queridos, a veces estos coinciden con sus familiares y a veces no, son amigos, compañeros, gente que uno ve todos los días pero con los que no comparte sangre. Quizás mas allá de las cosas aburridas, estresantes o monótonas las fiestas, sirven para acercarnos un poquito más a los que ya tenemos cerca.

Así que felicidades, gracias por estar y por más cadenas que manden, a esta altura estoy empezando a pensar que nunca van a cobrarnos por usar el msn.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Planet Terror

Esta semana les traemos una peli de un sub-género que cada vez tiene más adeptos, pero con una vuelta de tuerca que sólo las perversas mentes de Robert Rodriguez y Quentin Tarantino podían imaginar. Vale aclarar que el film fue estrenado como parte de un continuado que se llamó “Grindhouse”, que además contenía una película de Tarantino y varios avances de películas que nadie pretendía estrenar.

La película de esta semana nos lleva al mundo del terror clase B, que no sólo se trata de monstruos persiguiendo a la gente, sino que pone también mucho énfasis en mostrar cosas asquerosas y también, porque no aclararlo, en las bellas señoritas que son perseguidas por estas cosas grotescas.

Uno de los nuevos directores de culto buscó darle una vuelta de tuerca al género conservando la estética de las viejas películas de terror de los 60 y 70 que se mostraban en continuado y que no contaban con mucho presupuesto ni efectos especiales, pero que lo compensaban con actrices pechugonas que en algún momento de la peli encontraban una excusa para quitarse la ropa, y primeros planos de cosas viscosas y algún que otro genital mutilado.

Con un argumento que parodia muy bien a los de las pelis de ese sub-género, esta cinta cuenta la historia de un grupo de personas marginales que se enfrentan a un extraño virus que convierte a la gente en zombis con un extremo estado de putrefacción. Este grupo, compuesto por bailarinas de cabaret, parrilleros, policías y un héroe militar, que son inmunes a esta epidemia, decide tomar las armas e intentar escapar con vida del pequeño pueblo donde todo esto sucede.

Como resultado tenemos una peli muy entretenida que tiene todo lo necesario para los amantes del género: chicas bonitas, cosas asquerosas, acción y sobre todo un retorcido sentido del humor. Realmente un deleite para los entendidos en la materia, que en este caso sería más acertado decir que es una materia muy viscosa.

viernes, 12 de diciembre de 2008

La leyenda

Y, la verdad que si les digo que hay una película con grandes carreras, emoción en cada curve, romance e incluso efectos especiales en CGI lo que menos imagino es que se les venga a la cabeza que estoy hablando de una película argentina, pero es así, la peli de esta semana parece que viene para cambiarnos el estereotipo que tenemos del cine nacional.

Y en muchos sentidos lo logra, este film nos trae algo a lo que el cine de nuestro país se le había olvidado hace un tiempo, es una peli de género. Y, es verdad que este tipo de encasillamiento puede hacer que la historia que se nos presenta parezca que ya la hayamos visto cientos de veces en el pasado, cosa que puede ser, pero también le da una estructura que mezclada con la innegable argentinidad de este film, le da un gustito especial.

El argumento no es nada del otro mundo. Hay un corredor de picadas que es considerado para integrar una escudería profesional del TC 2000. También aplicando para el puesto está un joven corredor profesional que está dispuesto a todos para triunfar en lo que se propone.

Entre ellos se encuentra una bella jovencita, que oficia de trofeo entre esta competitiva pareja de corredores, pero que también resulta ser la ingeniera en jefe de la escudería y quien toma las decisiones acerca de quienes la integran.

Realmente una peli que tiene todos los condimentos necesarios para hacerla una pieza atractiva, con una gran presencia de la marca que sponsoréa la cinta, pero que no resulta tan molesta a la vista. Ideal para quienes disfrutan de los autos y la velocidad, quizás no para los fanáticos enfermos (especialmente los que hinchan por la marca rival) y para todos aquellos que hace años vienen diciendo esa frase nefasta: “A mí el cine argentino me aburre”.

jueves, 27 de noviembre de 2008

¿Qué comemos?

Alguna vez se preguntaron “¿qué comemos?”, ¿cuál es la primera imagen que se les viene a la cabeza? A mi me viene a la cabeza comida rápida: hamburguesas, pizza, pero estoy seguro que no para todos el resultado es el mismo. En realidad creo que si sería parecido si hacemos esta misma pregunta entre personas que viven en el mismo lugar, o llevan estilos de vida similares, pero por ahí no es igual para las personas que tienen un ritmo de vida más tranquilo, que se sientan a comer esa comida que estuvieron haciendo por un largo rato y que realmente tiene gusto, que ellos llegan incluso a disfrutar. Es que a veces no nos damos cuenta, pero lo que comemos tiene muchísimo que ver con lo que somos.

Y es bastante lógico si nos lo ponemos a pensar, lo que respiramos, lo que tomamos y lo que comemos son las tres cosas que incorporamos del mundo exterior, imagínense si eso no va a tener alguna influencia en nuestro organismo. Y especialmente con la comida, porque lo que respiramos más o menos (cada vez menos) es siempre lo mismo. Lo que tomamos son las mil y un variaciones que las empresas puedan encontrarle al agua, le ponen colorantes, gustos, figuritas, pero al final del día es prácticamente lo mismo. Es en la comida donde el organismo siente una mayor diferencia en lo que elegimos para incorporarnos a nosotros mismos, porque es eso que comemos lo que después termina siendo parte nuestra. Es lógico que entonces eso se mimetice con nosotros mismos.

Casi sin darme cuenta entonces le esto dando la razón a los vegetarianos, porque no es lo mismo incorporar unas pacíficas verduras que un animal asesinado para nuestro consumo. ¿Quién lo sabe? De todas maneras sigo pensando en el asado del domingo. Pero quizás por eso es bueno mantener una dieta balanceada, que tenga un poco de todo. De esta manera incorporamos a nuestro organismo un poco de todo lo que nos rodea, y esto procesado por nuestro cuerpo sirve un poco para tener poder sobrellevar lo que el entorno representa. No parece tan ilógico pensar que los más adaptados al medio ambiente, son los que incorporan un poco de todo lo que este tiene.

Pero en realidad lo que más me llama la atención del hecho de comer quizás no es la comida en sí, sino el rito mismo. Comer es una de las pocas necesidades corporales que hacemos delante de cualquiera, no nos avergüenza para nada, a diferencia de ir al baño o hacer el amor (aunque en algunos lugares esto se hace en público y hasta a veces al mismo tiempo), pero comer, como también respirar y tomar líquidos, son cosas que hacemos todo el tiempo delante de los demás. Con la diferencia que nos sentimos tan orgullosos de que nos vean comer, que hasta invitamos a otras personas a hacerlo. Y aquí es cuando dirán: “también invitamos a la gente a tomar algo”, y aquí es cuando digo yo también: “es verdad, pero siempre tomar algo está un escalón social más abajo que la comida”. Y para que todos puedan corroborar esta teoría vamos a poner un ejemplo simple, cuando conocemos a una chica que nos interesa la invitamos a tomar algo, pero cuando realmente nos intereso por mucho tiempo, los planetas se alinearon y ella no descubrió nuestros engaños (es verdad chicas, nosotros tampoco descubrimos los de ella) y decidimos casarnos lo celebramos con una gran comida. No importa a que religión o estrato social pertenezcas, las grandes celebraciones de la vida implican una gran comida, obviamente que también bebemos pero casi exclusivamente para bajar la comida. Siempre lo sólido es lo más importante y el mismo nombre nos lo dice “la comida”, no decimos “la bebida” aunque nos pasemos toda la noche acodados en la barra tomando el alcohol caro que pago el padre de la novia.

Entonces, ¿por qué esta manía por invitar a todos a vernos incorporar estas cosas que nos definen tanto como personas? ¿Por qué esto no se hace en soledad y fuera de las atentas miradas de los demás? Y la respuesta parece ser bastante simple, la comida también puede ser utilizada como un objeto de ostentación. Y si nos remitimos a los inicios de la historia es quizás el objeto de ostentación más antiguo. Mucho antes de que existieran los autos importados y los suspensotes hechos enteramente de oro (no les voy a decir como me entere pero se que existen), existía otra forma totalmente diferente de pertenecer al grupo más selecto, y era por supuesto a través de nuestro tema del día, la comida.

Los grandes banquetes o las grandes comilonas eran eventos característicos de las altas esferas de todas las culturas que habitaron la tierra. Y era pura ostentación, porque la idea no era comer para saciarse, sino tener manjares a la vista para demostrar que uno era más poderoso, generalmente a costa de un pueblo que se moría de hambre, pero todos sabemos que para que alguien tenga más otro tiene que tener menos, esa es otra tradición que también conservamos hoy. Esta costumbre de comer para mostrarse poderoso era bastante explicita, incluso los antiguos romanos comían vomitaban y volvían a comer, casi obsesionados para que nadie más toque su comida (y uno que se cree egoísta).

Y hoy en día, en estos tiempos de internet y televisión satelital, las cosas parecen no haber cambiado demasiado. Porque este hecho de comer de más y después intentar deshacerse del exceso se vive hoy en su caso más extremo con la bulimia, pero también existe con infinidad de geles, pastillas y artefactos mágicos para deshacernos de toda esa comida que realmente no necesitábamos consumir en primer lugar. Es como una marca de estatus si se quiere, ostentar la panza llena de alimento innecesario ante la gente que no puede comer, o incluso en casos más extremos, ostentar no comer pudiendo hacerlo ante la gente que realmente no come porque no puede.

Pero más allá de este intrincado mundo de las apariencias mezcladas con la comida también ésta, que es una parte intrínseca de nuestras vidas, también tiene un lado mucho más simpático, ese que tiene que ver con las reuniones de amigos, de familia. Donde en algún sentido está presente el viejo espíritu de las comilonas antiguas, pero que en muchos casos tiene un espíritu más cercano al compartir algo más que mostrarlo. Todos sabemos lo valioso que puede ser una pizza con amigos o un buen asado en familia.

Aunque realmente no se porque me sorprende tanto, esto no escapa a la realidad que el ser humano tiene con todas las otras cosas que conforman el ecosistema. Parece que nunca logramos ser lo suficientemente medidos para interactuar con los demás elementos, desperdiciamos recursos, contaminamos elementos esenciales para la vida y como es costumbre desde el inicio de los tiempos, le damos a algunos mucho más de lo que necesitan y a los demás muchísimo menos. La razón es lo que nos diferencia de los animales, parece ilógico entonces que los animales se comporten más racionalmente con el planeta donde viven que nosotros. Pero bueno, quizás los animales no razonan al hacer esto sino que lo hacen porque no pueden razonar. Estará en nosotros aprender finalmente a usar el maravilloso regalo de la razón, esperemos que esto suceda antes de que alguien más nos tenga que hacer entrar en razones.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Che, el argentino

Dirigida por un Americano, con capitales internacionales y protagonizada por un actor Puertoriqueño que casi había olvidado el español llega la película del revolucionario anti-imperialista más idolatrado de la historia. Parece una contradicción en si, pero todos estos factores se unieron para hacer, a mi humilde entender por supuesto, la película basada en la vida de Ernesto “Che” Guevara, más interesante hasta el momento.

Siendo sólo la primer parte de las dos que completan la historia, esta película nos muestra los comienzos de la revolución y con ellos los inicios del “Che” como miembro de grupo armado que, al mando de Fidel Castro, quiso liberar a la isla de Cuba de la opresión imperialista ejercida por los Estados Unidos.

Teniendo varias líneas argumentales simultáneas, al estilo que el director Steven Soderbergh utilizó en “Traffic”, la película se centra en tres momentos claves en la vida de este revolucionario: Cuando conoce a Fidel Castro en México y se empieza a planear la revolución, la revolución en si y el famoso viaje diplomático del Che como representante de Cuba en la ONU.

Estas tres partes se van intercalando entre si mientras se desarrollan contándonos los hechos más conocidos y los menos difundidos que fueron moldeando a este médico argentino hasta convertirlo en un icono de la revolución mundial.

Realmente una película dinámica y atrapante que nos hace meter en este hecho histórico de una manera creíble y sin intentar imponer un estandarte político. Recomendable para quienes no conocen la historia, para los que la conocen y para quienes creen conocerla.

martes, 18 de noviembre de 2008

007 Quantum of Solance

Persecuciones a toda velocidad con autos carísimos, lugares paradisíacos, altos niveles de vida y mujeres hermosas, o sea, todo lo que queremos ver en una película de este estilo, pero en este caso es tanto y tan seguido que hasta se pierde un poco el gustito.

Casi sin respiro, la tan esperada nueva entrega de la saga Bond nos deja boquiabiertos y sin posibilidad de reaccionar ante la inmensa cantidad de esas imágenes que todos esperábamos ver.

Por primera vez en esta saga, que ya lleva 22 películas en su haber, se continúa la historia de la anterior. Minutos después de donde dejamos a Bond en la anterior entrega, empieza esta historia que nos muestra el fino límite que puede haber entre el deber y la venganza.

Una impresionante persecución sirve para que nuestro agente secreto favorito lleve a interrogar al pez gordo que había atrapado en la peli anterior, pero durante el interrogatorio el servicio secreto ingles descubre que no habían hecho tan bien los deberes y que había una organización delictiva que ellos no conocían hasta ese momento pero que tiene infiltrados incluso dentro de la propia agencia inglesa. Es allí cuando empieza la carrera de Bond por averiguar hasta dónde llega esta poderosa organización, y más importante aun, quién es el verdadero responsable por la muerte de su difunta amada.
Realmente un derroche de acción y emoción que en algún momento resulta empalagosa para el espectador, que necesita cada tanto de un poco de tranquilidad y ese elegante encanto que marca siempre la saga para poder apreciar realmente los momentos de tensión y adrenalina. Aun así es una digna compañera de sus predecesoras y totalmente recomendable para aquellos que siguen la saga. Para los que nunca vieron una película de nuestro seductor agente, les recomiendo empezar, aunque sea, por la anterior entrega para que puedan seguir la trama y además porque fue una muy buena presentación del nuevo Bond que para muchos entendidos es, aunque sea hasta el momento, el definitivo.

martes, 11 de noviembre de 2008

Disculpe las molestias

Un día complicado, una vuelta a casa que parece eterna, empujones, mucha gente en el mismo espacio y todo ese olor a transpiración propia y ajena que te dice que las publicidades de antitranspirantes no son tan sinceras como deberían ser. Ese es el panorama que venís viviendo cuando llegás al último tren que finalmente te va a llevar a tu hogar y ves un cartelito que dice: “Servicio suspendido por reparaciones. Disculpe las molestias”. Es ahí, leyendo esta última oración cuando la sonrisa te vuelve a la cara, te das media vuelta con toda la alegría del mundo y te dirigís al medio de transporte alternativo contento de saber que tardaras dos o tres horas más de las previstas para volver a casa. Gracias a dios a alguien se le ocurrió incluir esa frase al final, sino todo hubiese sido muy diferente. ¿O no?

La inclusión de la frase: “Disculpe las molestias” no soluciona nada, en realidad, hasta es probable que enerve mucho más a la gente, como si se sintieran víctimas de una broma pesada. Pero entonces, ¿por qué incluirla?; ¿Por qué terminar así las oraciones, o los comunicados? Porque no es sólo esa frase, en la última década hemos sabido adquirir cientos de frases como estas que nos dejan el mismo sabor en la boca, o en este caso en los oídos, al escucharlas: “Lamentablemente no voy a poder ayudarlo”; “Disculpe la demora”; “Es un error del sistema”, etc. Es casi como si hubieran inventado un decálogo de sinónimos sólo para no decir: “jodete”.

¿En esto nos convertimos? ¿En eso evolucionó esta sociedad de la que muchas veces nos sentimos orgullosos? Porque hay que traducir estas frases que obviamente no dicen lo que parecen decir. Si las analizamos un poco podremos descubrir lo que realmente comunican que es: “Nos cagamos tanto en vos que hasta hacemos como que nos importa”. Porque las palabras tienen valor, y decir “lo lamento” o “disculpe” significa que hiciste algo que molesto o incomodó a la otra persona, pero que realmente te sentís mal por haberlo hecho. En este caso carece totalmente de significado. Disculparse por algo que ibas a hacer de todas maneras no es una disculpa, es una daga que se clava profundo en cada persona que la lee, porque no hay nada más humillante que te estén pisando a propósito mientras te piden disculpas.

No pueden admitir que no es gracioso y hasta simpático, que la misma persona que te caga la vida se atenga tanto a las reglas de buenas costumbres y de modales. “Disculpe, perdone, pase para el horno, muchas gracias”. Uno se pregunta que hubiera pasado si los nazis hubiesen usado buenos modales en los campos de concentración. Quien dice que seguirían existiendo hoy, claro que con un nombre más marketinero, no se, por ahí se llamarían “Spa exclusivo para la perdida de peso”, y quien podría quejarse en ese caso de que el nombre esta faltando a la verdad. Es más, hasta no me sorprendería que la gente pague para ir ahí. -Sí, uno sufre pero obtiene resultados -dirían algunas señoras de avanzada edad recomendando el lugar-.

Mis queridos chichipios, creo que no hay que dejarse engañar por esta elegancia al hablar. Después de todo, los poderosos se dieron cuenta hace rato que se atraen más moscas con miel que con hiel, que nunca supe lo que significaba hasta ahora (es bilis). La cuestión es que todo este aparente buen trato es lo que es realmente peligroso, porque el maltrato explicito dura poco, la gente no lo soporta y pronto se revela; pero este maltrato medido, sutil, escondido entre disculpas y frases rebuscadas es el que perdura largo y tendido, hasta que, ya muy tarde para hacer algo, nos damos cuenta de lo que paso.

Sigo creyendo que todavía somos más inteligentes que eso, especialmente nosotros que de maltratos ocultos y expuestos sabemos mucho, y que tarde o temprano vamos a reaccionar todos juntos contra el maltrato. Pero no el de algo en particular que nos moleste transitoriamente, sino el que venimos soportando todos juntos desde hace ya mucho tiempo y del que a veces nos distrae esa última frase del cartel.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Ceguera

¿Qué pasaría si de un día para otro todos nos quedamos ciegos? ¿Qué pasaría si sólo una persona conservara la vista? Sobre estos temas reflexiona la película de la semana que nos cuenta una situación ficticia pero que oculta mucho de realidad.

Una crítica social desde un universo fantástico y una gran pregunta que queda latente, ¿qué pasa con la persona que todavía sigue viendo? ¿Adonde guiará a los demás? ¿Es mejor seguir viendo o es preferible no tener que soportar en lo que la sociedad se ha convertido?

Todo pasa como de repente, un accidente de transito donde el conductor afirma haberse quedado ciego, gente que alega haberse quedado ciega instantáneamente, sin ningún motivo aparente.

Esto mismo le pasa a un oftalmólogo, que atendió a uno de los primeros casos reportados. Él y su mujer, que le dice a las autoridades que también quedó ciega solamente para acompañar a su marido, son transferidos a unas instalaciones cerradas protegidas por el ejército. Pronto a ellos se van sumando más y más casos de esta misteriosa enfermedad.

Una película con momentos realmente impactantes, seguramente robados al libro que inspiró el film, pero que a primera vista (jeje) parece no hacer justicia con la obra escrita por Saramago. Todo esto da como resultado, una peli que es una propuesta distinta a las que hay en cartelera, que cumple con contar la historia, pero que quizás no llega a la profundidad que tocan las películas que nos dejan pensando hasta largo rato después de salir de la sala.

jueves, 30 de octubre de 2008

Quémese después de leerse

Precisión milimétrica en los disparos, caros autos importados y mujeres hermosas que se entregan sobre las camas de habitaciones de hotel de lujo, todo eso lo veremos el mes que viene cuando se estrene la nueva película de James Bond, pero esta semana analizaremos una película que muestra exactamente lo contrario a todo esto.

Los excéntricos hermanos Coen se juntaron con los hermanos del alma George Clooney y Brad Pitt para llevar a la pantalla grande una historia acerca del mundo del espionaje que parece mucho más cercana a la realidad que todas las películas anteriores que trataron el tema.

La historia empieza con la renuncia de un analista de la CIA que alega que fue degradado por no tener los suficientes contactos políticos, cosa que no comparte su esposa que tiene un amorío con un ex guardaespaldas interpretado por George Clooney. La mujer decide hablar con un abogado para divorciarse de su esposo desempleado y para esto su abogado le recomienda obtener información sobre el estado de cuenta de su esposo.

Al llegar a la oficina del abogado esta información es traspapelada por la secretaria y llega accidentalmente a un gimnasio donde uno de los entrenadores es Brad Pitt. Los problemas empiezan cuando los empleados del gimnasio creen que la información que hay en el disco es secreta y pretenden una recompensa por ella, generando una serie de malos entendidos, engaños y presuntos conflictos internacionales.

Realmente una película con mucho humor del estilo que los hermanos Coen suelen utilizar, o sea humor negro, pero verdaderamente una peli muy llevadera que nos muestra una cara del espionaje que no estamos acostumbramos a ver en el cine, aunque quizás si en las noticias internacionales.

martes, 28 de octubre de 2008

Dan un tipo de suerte

Con un género que es una contradicción pero que cada vez gana más espacio en la pantalla grande, la peli de la semana nos cuenta una historia, por momentos divertida y por momentos emotiva con un equilibrio entre ambas situaciones que realmente sorprende.

Esta comedia-dramática es otro exponente de este nuevo género que crece cada vez más, con películas realmente interesantes que tienen una diversidad que las hace representantes más fieles de la vida, quizás por eso atraigan tanto.

La historia va más o menos así. Dan es un columnista de un diario local que habla le da consejos a los lectores sobre como solucionar los problemas familiares. Él es viudo y tiene tres hijas a su cargo, cada una en una etapa muy diferente de su crecimiento. Todo va bien en la vida de Dan, o todo lo bien que se puede estar teniendo tres adolescentes a cargo, hasta que deciden ir a una reunión familiar en casa de sus padres.

Después de un largo viaje y varios roces con sus hijas finalmente llega a destino, donde sus padres le dicen que se tome un tiempo para el mismo y que recorra el pueblo sólo. Dicho y hecho, nuestro solitario amigo decidió ir a recorrer el tranquilo pueblo cuando por accidente conoce a una chica que lo cautiva. Dan logra abrirse por primera vez y queda tan maravillado que vuelve a la casa y le cuenta a todos al respecto, lo que él no sabe es que ella también está en la casa invitada por su hermano para que la familia conozca a su nueva novia.

Zigzagueando entre el drama y la comedia esta película nos muestra que se puede hablar de temas serios, sin dejar de entretener o caer en estereotipos poco creíbles. Realmente una peli refrescantemente diferente, para los que tienen ganas de volver a “sorprenderse” en el cine.

El gran golpe

Con un título similar al de más de media docena de películas, llega la peli de la semana que se desarrolla en la Inglaterra de hace unos años, pero que no por esto deja de tener un gustito inconfundiblemente nuestro.

De la mano de uno de los pocos referentes de hombres de acción que quedan, y un reparto de completos desconocidos, llega este film basado en una historia real en la que un banco ingles es robado por un grupo de “boqueteros” que buscaban, aunque sin saberlo, algo mucho más valioso que dinero.

La historia, en este caso literalmente, dice así. Una vieja, pero no por eso poco sensual, amiga le propone a sus ex compañeros de secundario, un grupo de delincuentes retirados, un trabajo más importante que cualquiera que hayan hecho en sus mejores años.

La muchacha se había enterado que un banco de Londres iba a apagar sus alarmas durante el fin de semana para cambiarlas por otras que no activara el tren. Esto le daba a los simpáticos malhechores una oportunidad única de acceder a las cajas de seguridad a través de un boquete hecho por un negocio contiguo sin que nadie se entere. Claro que como siempre las cosas se complican y esta vieja amiga no estaba solamente interesada en el dinero, sino que tenía un interés impulsado por las altas esferas del poder británico.

Realmente un interesante film, que mezcla el suspenso del thriller con un poco de acción y algo de humor, cosas infaltables en este género. Pero que realmente no aporta grandes novedades a las películas de este tipo, salvo el condimento de estar basado en un hecho real. Todo esto termina dando como resultado una peli que no es imperdible, pero que es digna de tener en cuenta en la cartelera actual.

viernes, 17 de octubre de 2008

Hellboy 2: El ejército dorado

En un año de esperadas secuelas y películas de historias que ya conocíamos, llega una de las más esperadas. La peli de la semana nos lleva nuevamente al mundo de un hombre rojo que vino del infierno para salvarnos a todos de otros demonios de variados colores.

Nuestro carismático amigo vuelve a la pantalla grande con una nueva entrega de su mágico mundo. Esta vez la historia no se centra tanto en su origen, sino que (como es común en el género) expande un poco más el universo y nos introduce a una nueva leyenda mítica.

La peli nos cuenta la historia del ejército dorado, una indestructible milicia que fue creada por los seres mágicos para defenderse de los ataques de los hombres. Al ver la devastación que esta tropa mecánica ocasionaba, el rey de los seres mágicos decidió hacer un pacto con los hombres dividiendo la tierra. Ellos habitarían los bosques mientras los humanos ocuparían lo demás.

Años pasaron y el heredero al trono, que no es tan comprensivo como su padre, entiende que el tratado con los humanos no se cumplió y quiere despertar al nefasto ejercito. Es ahí cuando nuestro peculiar amigo es llamado a la acción para evitar que esta máquina de devastación vuelva a salir a la superficie.

Realmente una peli para aprovechar, ya que es la última de superhéroes que va a estrenarse este año y más allá de eso tiene una mezcla de acción, humor y romance (sí, esto también) muy interesante para este género.

martes, 7 de octubre de 2008

Carta de amor a una completa desconocida

Amada secreta:

Voy a pedirle a las palabras que me ayuden a decirte lo que siento por vos, aunque se que de nada sirven las palabras si no son escuchadas, porque no me voy a animar a entregarte esta carta. El único motivo por el que escribo algo que nunca verá su destinatario es porque mis sentimientos me queman tanto por dentro que debo exteriorizarlos de alguna manera.

Te veo tan cercana y es difícil creer que me seas tan distante. No puedo evitar verte cuando no me estas mirando, y aunque todo en vos me parezca perfecto, no puedo creer que alguien sea tan ciego para no ver mis intenciones cada vez que mis ojos se crucen con los tuyos.

Secretamente te amo, pero es un secreto a voces. Voces que no salen de mi boca, pero que salen de mis ojos cada vez que te ven. Que salen de mis mejillas cada vez que se sonrojan cuando te ven pasar. Que salen de mi nariz, cada vez que se alborota al oler el hermoso perfume de tu piel. Que sale de mi corazón, cada vez que late como un galopante potrillo cuando mi cuerpo roza el tuyo con la excusa de mi torpeza.

Mi amor por vos me esta carcomiendo por dentro, toda esa pasión desenfrenada que corre por mis venas y que no puede salir me golpea fuerte en el pecho para ser liberada. Cada uno de esos golpes me deja mas frágil e indefenso, pero no puedo dejar que ese portón se habrá. Mi débil condición no puede soportar tu seguro rechazo y no puedo darme el lujo de caerme y dejar de sentir la dicha de tu presencia. Al menos así, aunque que ignores mi existencia es como el peor de los infiernos, para mi es el paraíso. Porque desde las penumbras de mi anonimato puedo aun contemplarte y puedo todavía albergar la fantasía de que en algún momento llegues a quererme, aunque se que nunca dejará de ser una simple fantasía.

En todo este tiempo eh aprendido a lidiar con esta pena que me carcome, eh aprendido a soportar este dolor infernal que nadie más que yo conoce y ha convivido tanto conmigo que eh llegado a amarlo. Tal es así que a veces dudo si realmente te amo a ti o a este dolor que me acompaña cada vez que mis pensamientos deciden rondarte.

Quiero despedirme de mi enamorada con la fiel promesa de que este alubión de sentimientos que te pertenecen permanecerán así, intactos, hasta el día que ya mis párpados no puedan levantarse para recibir la luz. Como única condición para esta promesa, exijo que tu actitud hacia mi permanezca inalterable, que nunca me hables, que no me mires salvo para seguir de largo con tu mirada y que no me toques salvo para atravesarte fuera de mi camino. Solo así podremos asegurarnos de que la fantasía quede intacta. Porque la realidad de lo que ya es, nunca podrá superar a la ilusión de lo que podría haber sido.

Tu amante anónimo

lunes, 6 de octubre de 2008

¿Qué es el amor?

¿Qué es el amor?, creo que todos en la vida alguna u otra vez nos hicimos esta pregunta, ¿qué es el amor, para qué sirve, por qué buscamos desesperadamente estar enamorados? A la que siempre respondemos: no sirve para nada, yo nunca me voy a enamorar, eso te pone más tonto de lo que sos. Y a los 5 meses estamos tratando de sobornar a la amiga fea pero simpática de la chica que nos gusta para que nos de el teléfono o hable bien de nosotros, o estamos tratando de seguirla y ver que hace para que al día siguiente nos encontremos de “casualidad”.


Ahora, sabemos que el amor es inevitable, y sentir amor aunque sea en forma de una obsesión psicotica también es inevitable, porque eso también es amor, si cuando estás enamorado es cuando no comes, no dormís y no podes hacer otra cosa que pensar en esa persona, que diferencia puede haber en agregar a ese cóctel un para de llamadas sin palabras y con respiraciones fuertes, un par de cartas de amor amenazadoras y una pequeña guardia con larga vistas en la puerta de la casa de la chica tratando de no ser descubierto . Básicamente es lo mismo, la obsesión por una persona determinada y tratar de hacer todo lo posible y lo imposible para que esa persona note que existimos. Pero acá esta el problema, cuando nota que existimos, empezamos a salir y nos empezamos a conocer, muere el amor. Porque si todo fue para darnos a conocer y hablar con esa persona, eso quedará muy gastado después de un par de semanas, será por eso que ahora las relaciones duran poco, o será que eso no es amor y es pura y exclusivamente obsesión.


Entonces volvemos a la pregunta del principio, ¿qué es el amor?, evidentemente no es algo que sólo dure un par de semanas o un par de salidas, es algo que dura para toda la vida. Y ahí está la clave, el hecho de la perpetuidad de por vida del amor es lo que más nos asusta en un punto, porque, ¿qué dura toda la vida?; solamente nosotros mismos, no hay otra cosa. Nuestros padres no son perpetuos, nuestros pensamientos tampoco, nuestra familia no lo es, ni siquiera nuestro cuadro de fútbol es obligatoriamente el mismo durante toda nuestra existencia.


Como no estar asustados de algo que se equipara con el hecho de tener que soportarnos a nosotros mismos hasta que la muerte nos llegue. Es demasiado ya tener que vivir con nosotros mismos las 24 horas del día, los 365 días de año, todos los años que nos toque vivir, para encima agregarle otra persona a ese cóctel explosivo.

Es ahí cuando empezamos a escaparle al problema, nos vamos de joda con amigos, tomamos alcohol, estamos con todas las minas que nos den bola en una noche por más feas que sean ¿Todo para qué?, para intentar escapar de nuestro destino, el enamorarnos. Y pasa siempre, 5 años de locas, 5 años o más de reivindicación en los que decimos: “¿qué estuve haciendo con mi vida?” y ya esta, encontramos a la persona de la que nos enamoramos perdidamente, tenemos hijos que son el fruto de nuestro amor, una casa, un auto, un perro, deudas hasta el año 2155 y un pequeño plazo fijo en Uruguay que quedo en uno de esos corralitos que hacen cada 10 años en Sudamérica después de una mágica reactivación económica que nos termina dejando a todos en la ruina. Y ahí esta, eso es el amor.

Ahora ustedes dirán: “pero finalmente, ¿qué es el amor?”. A lo que yo voy a responder: “que importa, si lo importante es que tarde o temprano va a llegar y nos va a llenar la vida de una manera que ni tus viejos, ni tus pensamientos, ni tu familia, ni siquiera un cuadro de fútbol lo puedo hacer”.

El enemigo oculto

Se sirvió una de sus mejores vinos y se sentó frente a la chimenea en su batón rojo para disfrutar de una buena lectura. Gregorio sorprendido leyó en la novela que tenia en sus manos, en la que el protagonista estaba haciendo exactamente lo que él estaba haciendo. Totalmente anonadado miró la tapa del libro que decía en letras doradas “El enemigo oculto” y casi tan asustado como expectante siguió leyendo el libro. Todo parecía en silencio hasta que alguien tocó a la puerta. Gregorio oyó dos golpes en su portón de madera así como auguraba la novela. Lo que estaba sucediendo llegaba más allá de su comprensión, pero aun así la curiosidad pudo más y decidió ir a ver quien era. Se detuvo unos segundos ante la puerta para tomar coraje y abrió la puerta de golpe como quien se saca un apósito. Nada se vislumbraba en la fría noche. Rápidamente cerró la puerta, no sin olvidar ponerle candado y volvió a su lectura. Sus manos temblorosas apenas podían sostener el libro. El recién llegado no iba a entrar por la puerta, sino que solamente intentaba distraerlo. Su entrada iba a ser por la ventana que había dejado apenas abierta en la sala de lectura. Gregorio sube la cabeza y ve las cortinas moviéndose por el viento que dejaba pasar la ventana abierta. Atinó a cerrar la ventana, pero el peligro era inminente, el enemigo ya había entrado y estaba esperando atento para atacarlo por la espalda. No podía darse el lujo de quedar de espaldas a nada, por lo que se puso contra la pared y lentamente fue arrastrándose hasta llegar a la chimenea. Tomo la vara que sirve para mover las brasas y acercó el libro. Ya nada podía hacer para salvar su vida, el destino ya estaba escrito, y el enemigo estaba frente a él. Gregorio levantó la mirada y vio su reflejo en el espejo que tenía enfrente. Tiró la vara intentando atinarle a su enemigo. El espejo estalló en mil pedazos que penetraron en el indefenso cuerpo de Gregorio, dejándolo desangrar en el piso. Con sus últimas fuerzas toma el libro en sus manos. Cuando el enemigo es uno mismo, cualquier intento de escape no es más que una ilusión.

No se metan con Zohan

Casi dos mil años de conflicto religioso sirvieron para que Adam Sandler pueda hacer está gran sátira de casi dos horas que vuelve a las raíces del humor irreverente.

Con todos los chistes políticamente incorrectos que pueden existir entre el conflicto entre los palestinos y los judíos, la peli de esta semana nos muestra de una manera más que amena y divertida algo que es terriblemente serio.

Nuestro amigo Zohan es un exageradamente eficiente agente del servicio secreto israelí que está harto de ser el héroe de esta interminable guerra y quiere retirarse para cumplir su sueño secreto. Ser estilista.

Como sus padres y todos sus amigos se ríen de este particular sueño, este hombre ejército decide fingir su propia muerte para escapar a Nueva York y cumplir el deseo de toda su vida. Claro que la moda esta un poco atrasada en Israel y su idea de un corte fashion es más cercana a los primeros looks de Madonna.

Verdaderamente una muy buena opción para divertirse con cosas muy delicadas y para conocer a un personaje adorable de esos que pasan a la historia del celuloide.
Una linda peli para ver con amigos, una de esas novias copadas que tanto cuesta encontrar o si sos Israelí y querés limar asperezas con algún amigo palestino, esta es tu oportunidad.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Historia de un viaje

Todo empezó cuando quise visitar a un amigo que está viviendo en España. Hace poco consiguió alquilar un departamento con su hermano y ahí fue cuando dije: “esta es la mía”. Ya me había invitado varias veces a ir a visitarlo, pero ahora que el alojamiento estaba asegurado así que decidí aprovechar la oportunidad.


El pasaje no fue problema, hace años que venía sumando puntos con la tarjeta de crédito y ya tenía la cantidad necesaria para llegar a Europa. Claro que, siendo un viaje tan largo, no me iba a conformar con ver Madrid solamente, que es donde vive mi amigo, así que logré que accediera a acompañarme a conocer un poco del viejo continente cuando estuviera allí.


El primer destino fuera de España ya estaba claro. Mi amigo había visto una oferta en internet de un viaje en avión a Ámsterdam por menos de 30 euros. Por lo que el primer destino ya estaba establecido ¿Qué vendría después? Eso lo resolveríamos sobre la marcha. Entiéndannos, éramos jóvenes, ilusos y habíamos visto demasiadas películas sobre excitantes viajes no planeados por el viejo mundo como para perder esta oportunidad.


Ya paseando por las exóticas callejuelas de Ámsterdam, siempre bordeando algún canal y con ese olor tan particular por todos lados, nos pusimos a pensar cual sería nuestro siguiente destino. Poco tiempo nos costo encontrar un par de capitales más para anexar a nuestro viaje. Surgió el nombre de Berlín, por ser una ciudad con tanta historia y aún así tan desconocida. Y para terminar está pequeña travesía no nos costó nada acordar a donde ir. Después de todo, la ciudad más linda del mundo sólo es una y no podía faltar en nuestro recorrido. Así que los últimos tres días del viaje decidimos pasarlos en París.


Todo parecía perfecto, la Internet era la agencia de viajes perfecta para esta aventura. No teníamos más que reservar lo que queríamos y seguir castigando a la pobre tarjeta de crédito. Despedimos Ámsterdam como se debía hacer, tomando un cafecito en uno de sus típicos coffee shop (en realidad lo más típico ahí es otra cosa del menú, pero decidimos tomar café) y recorriendo sus canales en una de sus tantas lanchas.


Después de un corto y apretado vuelo de una hora llegamos a Alemania por el aeropuerto de Tegel. Ya era de noche y estábamos en una ciudad totalmente desconocida, realmente no era un panorama muy alentador para nadie. Pero nosotros todavía teníamos el espíritu del viaje latente y no decidimos darle mucha importancia a eso. Nos dirigimos al puesto de información del aeropuerto y como mi amigo no hablaba muy bien ingles yo era el relaciones públicas del grupo. El problema era que el agente de información tampoco hablaba muy bien ingles y costo un poco darse a entender, pero por suerte teníamos la dirección del hostel impresa por lo que pudimos mostrársela claramente.


Este fue el momento en que empezamos a perder un poco el buen humor, ya que al ver la dirección extrañado y después de ingresarla a la computadora empezó a reirse descontroladamente. La verdad que ese gesto no nos dio mucha confianza. Cuando el señor pudo recomponerse nos explico, en un ingles muy rudimentario, que teníamos que tomar un colectivo e ir hasta una estación de tren donde debíamos tomarlo hasta la estación más cercana al hostel y de ahí caminar unos 600 metros.

Hasta ahí todo bien, teníamos el mapa con las anotaciones de nuestro nuevo amigo y sabíamos exactamente que debíamos hacer. ¿Qué podía salir mal? Como dicen en las películas justo antes de que todo empiece a salir mal.


Ya subidos al colectivo con nuestro equipaje observábamos el paisaje que veíamos por la ventana, que realmente era bastante oscuro. Encima, la mayor parte del trayecto era una autopista por lo que no había mucho para ver. Mi amigo notó que entre las agarraderas había una pantalla con un teletexto que iba indicando las paradas. A mi me parecía perfecto, ya que nos iba a ser mucho más sencillo darnos cuenta a donde teníamos que bajar. Al poco tiempo empezamos a ver una zona más civilizada, eso nos tranquilizó un poco. Yo me estaba entreteniendo un poco cuando me avisa que teníamos que bajarnos. Como pude, agarre la valija y la mochila y bajamos del micro.


Cuando vi que mi amigo no paraba de girar la cabeza buscando donde estaba la dichosa estación me empecé a preocupar un poco. Evidentemente nada ni remotamente parecido a una estación de tren estaba a la vista, por lo que decidimos empezar a caminar por la avenida más iluminada que vimos y ver si podíamos preguntarle a alguien a donde estábamos. Ya era de noche, aunque el reloj marcaba las 7 de la tarde ya estaba oscuro y no había nadie en la calle. De pronto vemos a una familia que venía caminando en nuestra dirección e intentamos pararlos de la forma más amable que podíamos para que no piensen que los íbamos a asaltar, que era la conclusión más sencilla que se podía sacar por nuestro aspecto. Intenté preguntarle donde quedaba la estación en Ingles, ninguno de ellos parecía hablarlo pero por la situación pude entender que el menor estaba estudiando el idioma en la escuela y la madre lo empujaba para que me respondiera. Evidentemente el nene no era muy buen estudiante porque no me entendía nada y la madre se lo reprochaba. Gracias a dios el padre tuvo el buen tino de salvarnos a todos de esa situación tensa y parar a alguien más para preguntarle si hablaba ingles. Efectivamente la nueva integrante de esta pequeña comedia al paso sabía y me indicó donde era la estación, que, obviamente estaba a unas cuantas cuadras.


Ya más cansados todavía llegamos a la estación que nos habían indicado en el mapa. Todo estaba cerrado y lo único que parecía moverse eran los trenes sobre nuestras cabezas. Luchamos un par de minutos con las maquinas que nosotros suponíamos que servían para sacar boletos. Ante nuestra falta de suerte y nuestro agotamiento decidimos subir y que sea lo que dios quiera. Cuando llegamos a la plataforma donde estaba el tren y ahí si ya había más luz y gente por lo que nos relajamos un poquito más. No teníamos boleto pero el tren parecía ser el correcto e incluso sabíamos que el próximo iba a llegar en pocos minutos según indicaba la pantalla. El tren llego a la hora indicada y ahí tomamos conciencia de que estábamos en Alemania, todo parecía marchar bien, hasta pensamos que nuestra racha de mala suerte se había terminado y que podíamos continuar con nuestras vacaciones en paz, que equivocados estábamos.


A medida que seguíamos pasando las estaciones de tren nos dábamos cuenta que el paisaje era cada vez más arbolado. Parada a parada se iba reduciendo la urbanización a manos de la naturaleza y esto nos empezaba a preocupar un poco. Llegamos a nuestro destino y nos bajamos. La estación parecía estar en el medio de la nada, a nuestro alrededor sólo había bosque. El único indicio de la mano del hombre era un camino que salía de la estación y se adentraba en un bosque que era la envidia de cualquier película de terror.


Realmente no sabíamos que hacer, porque nos habían dicho que una vez en la estación teníamos que caminar 650 metros, ¿pero hacia donde? No había un alma en la estación y las pocas personas que habían bajado del tren con nosotros parecían haber desaparecido en las sombras. La única que se nos ocurrió fue golpearle la puerta a lo que parecía ser la casilla del guarda a ver si había alguien. Al rato de golpear sale el guarda que parecía salido de una vieja postal alemana. Con unos bigotes que sólo se pueden usar allá, camisa blanca y pantalones con tiradores el guarda parecía no estar muy contento con que hayamos interrumpido su cena. Intento pedirle disculpas en ingles que por supuesto no entiende y le indico en una hoja de papel la dirección que estábamos buscando. Toma el papel y entra cerrándonos la puerta en la cara. Ya sin la dirección a la que teníamos que ir y considerando que nunca en la vida íbamos a poder recordar ese nombre pensábamos que estábamos destinados a dormir a la intemperie, pero cuando las pocas esperanzas que teníamos se apagaban como en un corte total de luz la misma puerta que se había cerrado segundos atrás se abría dejando ver un gran mapa del lugar que estaba al final de la habitación y a nuestro amigo de los bigotes. En una extraña mezcla entre el lenguaje de manos y las onomatopeyas el alemán nos dijo que sigamos el camino que se adentraba en el bosque para encontrar la dirección. Ya entregados a nuestro destino decidimos hacerle caso y seguir su indicación.


Empezamos a adentrarnos en el bosque y cada paso que dábamos nos hacia acordar al más trillado de los argumentos de una película de terror. Dos jóvenes perdidos se meten en un tenebroso bosque a la noche… ese es el momento en que todos gritamos a la pantalla diciendo “salgan de ahí”. Claro, es obvio que nada bueno puede pasar. Adentrarse voluntariamente de noche en un tenebroso bosque es algo que nadie cree de la trama. ¿Mirá si alguien va a ser tan entúpido de meterse solito a la boca del lobo? Y bueno, no se si servirá de algo, pero en ese simple acto de estupidez logramos redimir a todos los guionistas de terror.


Entre más nos internabamos en el bosque, más espaciadas eran las luches del camino. Ya habíamos dejado atrás el camino peatonal y nos habíamos metido en un camino de autos. La noche estaba temiblemente silenciosa, lo único que se escuchaba era las ruedas de mi valija que parecían quejarse por no estar hechas para ese tipo de terreno. Mi amigo, que ya no hablaba por el miedo, me señala el cartel que estaba justo debajo de la siguiente luz. El ícono nos avisaba que había animales sueltos, claro que lo decía con un venado, pero nosotros sabíamos que seguramente no se límitaba solamente a bichos tan inocentes.


A lo lejos vimos una luz que no era del camino. Al adentrarnos un poco más nos dimos cuenta que era una construcción, lo que nos alivio un poco. Apuramos la marcha para llegar al lugar que tanto buscamos, pero entre más nos acercábamos más nos dábamos cuenta que estábamos equivocados. Lo que a lo lejos parecía ser nuestra salvación de cerca no era más que un viejo deposito que parecía haber sido construido antes de la segunda guerra mundial. La verdad que era una típica construcción alemana muy linda, pero el pánico que cada vez nos inundaba más no nos dejaba apreciar nada. Ya todo instinto turístico estaba sumergido bajo un manto de desesperación silenciosa.

En el momento en que estábamos intentando decidir si volver atrás o adentrarnos más en el bosque escuchamos algo que nos hizo olvidar respirar por unos segundos. De entre los árboles salía el sonido inconfundible de la respiración de un porcino. No tardamos nada en imaginar que era un jabalí salvaje el que había decidido compartir nuestro paseo nocturno. Sin cruzar una palabra con mi amigo ya estábamos de acuerdo en algo, nunca habíamos sentido tanto miedo en la vida. Realmente no sabíamos que hacer, nos quedamos ahí parados en el medio del bosque inmóviles escuchando esa respiración furiosa que se nos colaba en las entrañas. De pronto, gracias a dios, otro sonido tapó el de aquel animal. El motor de un taxi que andaba por el camino en la dirección contraría a la que nosotros veníamos inundaba el temible sonido salvaje. Obviamente no nos alcanzaron las manos para parar al pobre hombre que tuvo la delicadeza de detenerse ante dos extraños que paseaban en el medio de la nada. Por supuesto no entendía ingles pero le mostramos el papelito con la dirección que introdujo en el sistema de gps para ver donde quedaba.


Nos mostró en el gráfico que la dirección era a sólo unas cuadras y nos pregunto en un ingles básico si queríamos subir al taxi. No recuerdo si le respondimos, pero subimos al taxi lo más rápido que pudimos. El corto viaje nos sirvió para volver a respirar normalmente y relajarnos un poco. Al llegar le pagamos al chofer y ni nos molestamos por agarrar el cambio, ya no nos importaba nada, estábamos felices de haber llegado finalmente.


Al entrar el administrador nos saludo con nombre y apellido. Parece que nos estaban esperando. Después nos dimos cuenta que era muy tarde y todos las demás reservas ya debían haber llegado. Nos registramos y sin pensar siquiera en comer o en guardar la ropa nos fuimos a dormir, estábamos agotados.


Al otro día parecía que era otra película. Bajamos a desayunar y lo que de noche era un tenebroso bosque, de día era un hermoso paisaje invernal que hasta tenía un lago con bellísimas casitas típicamente alemanas que lo rodeaban. Es impresionante lo que la luz puede hacer con los lugares, creo que nunca más voy a menospreciar el poder del sol.


Ya desayunados empezamos a descubrir Alemania, la que realmente nos interesaba, la que se podía a la luz del día. En las siguientes jornadas descubrimos un país fantástico, que parece duro e inaccesible al principio, pero que con el tiempo uno termina queriendo.


Como broche de oro en nuestro corto pero excitante viaje y después de despedir a Alemania como era debido (equivocándonos de aeropuerto y atravesando la ciudad en taxi en menos de 40 minutos para poder tomar nuestro vuelo) llegamos a lo que para muchos es, y para mí también, la ciudad más bella del mundo. Paris es lo que uno primero imagina cuando piensa en Europa, y una vez allí uno se da cuenta porque. Esta ciudad es la puerta de entrada a la belleza del viejo continente y de la cultura humana. No se si son sus monumentos, su disposición simétrica de las cosas o la poesía que flota por el aire, pero uno se siente distinto cuando está ahí.

Nos aconsejaron caminar por el Sena e ir viendo como va fluyendo la ciudad y eso hicimos. Fue extraño, porque sentimos que la ciudad se nos iba presentando a través de sus plazas y construcciónes antiguas, incluso nos adentramos un poco más y nos metimos por sus callecitas, pero esta vez no teníamos miedo de perdernos porque había alguien que nos guiaba desde lo alto y que era, lo pensemos o no, nuestro destino final obligado. Después de meternos en las venas de la ciudad tuvimos un broche de oro que era tan obvio como espectacular.

La torre Eifel emergía por sobre la ciudad mirando nuestro paseo muy paciente, como sabiendo que íbamos a llegar a ella finalmente. Y así fue, su imponente estructura que ya habíamos visto millones de veces en fotos y videos nos impresiono como si fuera la primera vez que la veíamos. No nos cansábamos de mirarla, pero aún así ella sentía que tenía que seguir impresionándonos, así que cuando las luces del día se apagaron se encendieron las suyas y en cada hora millones de destellos se apoderaban de la noche por diez minutos. Como si quisiera que no nos olvidáramos que estaba ahí. Que ilusa, como si eso realmente fuera posible.


Realmente nos pasó de todo en este viaje, desde cosas buenas hasta muy malas. Pero más allá de una infinidad de recuerdos, lo que más me gusto de este viaje fue que aprendí que no importa cuan cerca o lejos te vayas, lo que siempre buscás es volver a encontrarte con vos mismo.

jueves, 25 de septiembre de 2008

No te metas con Zohan

Casi dos mil años de conflicto religioso sirvieron para que Adam Sandler pueda hacer está gran sátira de casi dos horas que vuelve a las raíces del humor irreverente.

Con todos los chistes políticamente incorrectos que pueden existir entre el conflicto entre los palestinos y los judíos, la peli de esta semana nos muestra de una manera más que amena y divertida algo que es terriblemente serio.

Nuestro amigo Zohan es un exageradamente eficiente agente del servicio secreto israelí que está harto de ser el héroe de esta interminable guerra y quiere retirarse para cumplir su sueño secreto. Ser estilista.

Como sus padres y todos sus amigos se ríen de este particular sueño, este hombre ejército decide fingir su propia muerte para escapar a Nueva York y cumplir el deseo de toda su vida. Claro que la moda esta un poco atrasada en Israel y su idea de un corte fashion es más cercana a los primeros looks de Madonna.

Verdaderamente una muy buena opción para divertirse con cosas muy delicadas y para conocer a un personaje adorable de esos que pasan a la historia del celuloide.

Una linda peli para ver con amigos, una de esas novias copadas que tanto cuesta encontrar o si sos Israelí y querés limar asperezas con algún amigo palestino, esta es tu oportunidad.

martes, 16 de septiembre de 2008

Subidas y bajadas

Una de esas enseñanzas populares que aparecen cada tanto en nuestras vidas, y que generalmente son recogidas generalmente por alguna vieja de barrio descreída, dice que la noche más oscura es la que está antes del amanecer, y como casi todas las cosas que dicen estas señoras, que viven de muy mal humor, es totalmente cierto.

Bienvenidos amigos, a esto que hemos dado en llamar “Las Conclusiones de Gus” donde trataremos un tema que tiene que ver mucho con esto, no con la oscuridad o la luz o a cuanto van a subir los servicios eléctricos el año que viene, o tal vez si, pero en concreto de lo que vamos a hablar en este capítulo es sobre los altibajos de la vida.

Quizás el tema parezca bastante sencillo para la complejidad habitual que trata esta página (escucho sus risas detrás de la pantalla), pero voy a darle una pequeña vuelta de tuerca a esto.

Empecemos por el principio, aunque sea para variar un poco. Como todos sabemos, o al menos intuimos, la vida tiene subidas y bajadas que se suceden constantemente. Uno muchas veces esta arriba, pensando que tiene todo lo que necesita y que nada malo le puede pasar y después puede caer en la más profunda de las desgracias perdiendo su casa, su familia, su esposa y los pocos amigos que tenía, sólo para después resurgir de sus cenizas y volver a recuperar todo e incluso tener más que antes ganando además una calidad espiritual que antes no poseía.

La vida y las telenovelas son así, claro que uno mucho más exagerado que el otro –estamos hablando de la vida por supuesto-, pero esta conclusión no tiene como objetivo dar cuenta de esta obviedad sino, de otra obviedad que está un poco más escondida, lo que quiero demostrar con todo esto es que no es casualidad que la vida tenga esta sucesión de subidas y bajadas, sino que se necesitan mutuamente para existir.

Una buena analogía para explicar esto sería una montaña rusa. ¿Qué pasaría si la montaña rusa no tuviera grandes subidas y después grandes bajadas? ¿Cómo sería este juego si todo fuera una constante subida o una permanente bajada? Sería bastante aburrido, ¿no pasa lo mismo con la vida?

A lo que me refiero es que para llegar a la cima y tener éxito de la forma en que cada uno crea que sea el éxito, es necesario llegar tomando impulso desde abajo. Todas las personas que se superaron en la vida tienen algún punto de su existencia en el que se encontraron en la oscuridad más profunda. Para seguir con las analogías cuando uno está sumergido muy hondo en una pileta, la única forma de emerger es impulsándose con el fondo. En este caso es igual, el fondo es la única forma que tenemos de resurgir cuando estamos muy abajo.

La verdad que posiblemente esta conclusión sea una de las más obvias que he escrito, pero creo que puede llegar a servir para decirles, y un poco también decirme a mí mismo, que esos momentos de nuestra vida oscuros y desesperantes realmente sirven para algo, es más, son estrictamente necesarios para los momentos de felicidad. Es como una forma de justificar la tristeza diciendo que es necesaria para poder sentir la alegría después.

De todas maneras, más allá de todo esto que dije antes, me parece que la mejor manera de afrontar este sube y baja que es la vida es, de alguna forma, no sentir tan profundo las caídas ni tan elevadas las subidas. Claro que esta en nuestro oficio como arquitectos de nuestras propias vidas el no borrarle tanto las curvas a esta montaña rusa para que no terminemos viviendo sin sentir nada. Porque si no perdemos, nunca vamos a enterarnos cuando estamos ganando.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Clone wars

Esta vez sin palabras que vuelan hacia el hiper espacio pero con la misma energía que las anteriores entregas de la saga, la peli de la semana nos vuelve a llevar, aunque sea por un poquito más de una hora y media, a una galaxia muy muy lejana, hace mucho mucho tiempo.

Star Wars vuelve a la vida sorprendiéndonos a todos con esta particular entrega que nadie tenía prevista. Esta película de animación amplia un poco más la historia que transcurre entre “Episodio 2: El ataque de los clones” y “Episodio 3: La venganza de los sith” y a su vez entre las dos temporadas de la serie de animación “Clone Wars”. Así que este film es una especie de jamoncito del medio de la historia que cautivó a varias generaciones.

Como me imagino que todos los interesados en esta película saben, la guerra entre la república y el ejército separatista se hace cada vez más complicada. Cualquier pequeña ventaja es vital para conseguir la victoria y la república tiene un as en la manga para lograr esto, que es su alianza con Jaba the hut; vital para mantener el transporte de tropas por los límites exteriores del universo.

Pero todo se complica cuando el hijo del viscoso Jaba es secuestrado y los jedis deben rescatarlo para mantener en pie su vital acuerdo. Esta misión se la dan al Jedi que se perfila como el más poderos, que no es otro que el elegido Anakin Skywalker, esta vez acompañado por una inesperada padowan que se le asigna para esta misión.

Con todos los condimentos que sazonaron a las anteriores entregas de la saga: Increíbles batallas, peleas con espadas laser y extrañísimas criaturas; esta película no tiene nada que envidiarle a sus primas hermanas, salvo quizás las personas de carne y hueso.

Especialmente diseñada para esos fanáticos de la serie que no se quieren perder ni un segundo de esta apasionante historia y un poco excluyente para aquellos que no se cruzaron nunca con esta antología, la peli de la semana es como ese delicioso bomboncito que te comes después de una muy buena cena y que no te acordabas que tenías.

Muerte en la granja

Ya nadie va a contar ovejas para irse a dormir tranquilamente después de ver esta película que convierte a estas apacibles bolas de algodón en temibles monstruos asesinos.

Desde los lejanos páramos de Nueva Zelanda llega esta película que mezcla el terror con la comedia usando como protagonistas a unos de los animales menos terrorífico o gracioso de la historia. Las ovejas atacan a los desprevenidos campesinos que nunca se la vieron venir.

Un ex campesino que le tiene terror a las ovejas vuelve a la vieja granja de su familia para cobrar una herencia cuando de repente algo extraño empieza a suceder ya que Los experimentos genéticos que se realizan allí para mejorar la agricultura también logran alterar a los integrantes más apacibles y dominables de la granja, las queridas ovejitas.

Estos mamíferos asesinos empiezan a devorarse a todos los humanos que se cruzan en su camino y estos a su vez se transforman también en una especie de ovejas mutantes lo que hace un infierno de la vieja granja familiar. De ahí en más la acción zigzaguea entre las típicas situaciones de las películas de terror y un humor que en el mejor de los casos es bastante raro.

Una original propuesta, exclusiva para entendidos, que quizás es más recomendable para un sábado a la noche con amigos en casa que para ir a verla a la pantalla grande.

domingo, 24 de agosto de 2008

La momia 3

Y si, entre tanta vuelta y tanto refrito de cosas viejas no podía faltar una peli que tiene como protagonista a un muerto resucitado. La película de esta semana nos lleva a la antigua china por algo que poco tiene que ver con las olimpíadas.

Con una lavada de cara a la franquicia esta entrega de la saga deja descansar en paz a las momias egipcias y va a buscar problemas a ese raro país de oriente. Brendan Fraser vuelve al ruedo ahora con un hijo, que tiene casi su misma edad y una esposa que es la misma de siempre pero que por esa magia del cine, y especialmente de los contratos cinematográficos, tiene un cuerpo totalmente diferente.

Nuestro gran amigo y su flamante joven esposa viven en la opulencia de su caserón ingles cuando un anciano antropólogo les ofrece volver a la acción llevando una preciada reliquia a la lejana China. La pareja acepta ávida de volver a la aventura de su época dorada.

Ya en el país del arroz se encontraron con el joven hijo de la pareja que siguió la tradición de los padres y también es antropólogo, incluso estaba allí porque descubrió un ejercito entero fosilizado con un emperador y todo. Y como es de esperarse, porque sin esto no habría película, el malvado emperador es resucitado y con él reviven los problemas, la acción y las situaciones cómicas que tanto nos gustaron de las anteriores entregas de la saga.

Con mejores planos, la misma cantidad de humor y prácticamente la misma historia, esta película es otra de las resurrecciones que no nos molesta que estén pero tampoco extrañamos demasiado. Es una buena opción para tener en cuenta pero tampoco es algo para morirse y luego resucitarse por ver.

martes, 12 de agosto de 2008

Hancock

No es un pájaro, no es un avión, es… un borracho volador. Si, es Hancook, todo lo contrario a lo que un super heroe debería ser. En la peli de esta semana tenemos a alguien que lo piensa dos veces si tiene que elegir entre rescatar a una chica o a una buena botella de ron.

En una pantalla atestada de películas de superhéroes, este personaje con serios problemas alcohólicos, le da una vuelta de tuerca a la ya muy vista historia de esos hombres voladores con mallas ajustadas que rescatan inocentes y bellísimas mujeres.

Pero este film no es una hondonada de aire fresco al género sólo porque el héroe destruye muchas más cosas de las que intenta salvar, o porque en vez de traje tiene el aspecto de un vagabundo en un muy mal día; sino porque la historia en si mezcla la ciencia ficción, con el humor y aparte le añade un misterioso pasado que se va develando hacia el final, dándole un condimento muy especial a la peli.

Nuestro héroe, que vive con resaca de la noche anterior, intenta ayudar a la sociedad con sus super poderes, claro que con cada intento que hace la sociedad le dice que puede manejarse sin su ayuda. En uno de esos rescates heroicos, que terminó por destruir un tren de cargas, conoce a un especialista en marketing que le dice que tiene que cambiar su imagen.

Este crédulo agente intenta llevarlo por el buen camino, le dice que se entregue a las autoridades y que cumpla una condena por todos los destrozos que hizo. Mientras la sociedad aprende a extrañarlo, él le impartirá un curso acelerado de super heroe para que este muchacho se parezca un poco más a los grandes ídolos de los comics.

Con todo esto, este cocktail de géneros resulta en una interesante y entretenida película que va a deleitar a los amantes del género y a aquellos que no lo son tanto, pero les gustan las buenas comedias en donde nada es como debería ser.

lunes, 4 de agosto de 2008

Wall-e

En un mundo animado, que cada vez se confunde más con la realidad, vive un solitario personaje que es el único que le da vida a este planeta futurista que poco tiene de desarrollado. El simpatiquísimo Wall-e es nuestro guía en un mundo repleto de basura y que carece de todo lo demás.

En una montaña rusa de humor, emociones y aventura, la película de la semana nos presenta a un personaje que ya desde el primer fotograma nos asegura que va a entrar a ese salón de la fama imaginario donde guardamos a nuestras caricaturas preferidas. Pero poco de caricaturesco tiene el mundo que habita este pequeño robot, donde tenemos que hacer un esfuerzo para distinguir si es algo filmado o animado. La factura técnica de esta película nos asombra, pero esto no serviría de nada si no existiese la historia sólida que hay detrás.

Nuestro nuevo amiguito, es el único sobreviviente (no se si esta bien dicho esto cuando hablamos de un robot) de una serie de robots que hace más de 700 años fueron construidos con un sólo propósito, limpiar el tremendo basural en el que la tierra se había convertido.

La humanidad fue enviada al espacio y este agradable personaje es el encargado de hacer de la tierra un lugar habitable nuevamente. Este futuro realmente catastrófico está contado de una manera muy divertida y con algunas pinceladas de emotividad por nuestro simpático personaje que parece ser más sensible de lo que normalmente se espera de una máquina.

Los días van pasando mientras realiza su titánica tarea y de paso guarda lo que le parece valioso de nuestra especie. Pero la solitaria rutina de Wall-e se ve alterada cuando llega un moderno robot llamada Eva, de la cual nuestro sensible amiguito se enamora perdidamente.

Con pocos diálogos y un gran recorrido por todas las emociones humanas, esta peli nos hace rememorar las viejas épocas de los dibujos animados, donde no todo pasaba por los chistes fáciles, sino que también había un mar de otras emociones por explorar. Todo esto hace más que recomendable este film que es sólo para chicos, porque nos hace a todos volver a la infancia.

lunes, 28 de julio de 2008

El caballero de la noche

Finalmente el momento llego, no más espera, no más trailers que no develan nada, no más películas de relleno. La mejor película del año arribo finalmente a las carteleras de todo el mundo y está aquí para quedarse por mucho tiempo más.

Ampliamente superando a su predecesora, la película de esta semana, rompe el molde en cuanto a las películas de la saga de este misterioso personaje. Y no todo esto se debe a nuestro oscuro amigo, sino que gran parte del mérito la tiene su alter-ego por antonomasia, el queridísimo Guasón. Con la presencia de estos dos en pantalla, el tema principal se remonta a uno que tiene mucha importancia dentro de la historia de este personaje y que practicante lo define: la lucha entre el orden y el kaos. Sin necesidad de aclararles que representa cada uno de los personajes, esta batalla casi filosófica es más que interesante y llena, de una manera espectacularmente entretenida, las más de dos horas de película.

La historia se centra un tiempo después de cuando termina su predecesora. Los criminales ya no están tan tranquilos en ciudad gótica, el héroe enmascarado los tiene a raya, pero también hay un fiscal de distrito que esta haciendo que los maleantes tiemblen. Todo mejora poco a poco, incluso varios ciudadanos se atreven a enfrentar a los criminales ellos mismos vestidos como el enmascarado, cosa que no le agrada tanto a nuestro amigo de capa negra.

Pero, como no podía ser de otra manera, en las películas nada puede ir bien por mucho tiempo, generalmente por más de 57 minutos. Es por eso que la mafia se une en pos de liquidar al murciélago y le dan esta difícil tarea a un payaso que esta vez no causa tanta gracia, un psicópata que se hace llamar “El Guasón”. Este personaje es casi tan peligroso para el encapotado como para los malhechores, porque su único fin es crear kaos en la ciudad. Eso es lo que hace que este sea el peor de los malos en la vida de nuestro héroe, porque cómo detener algo que no tiene el menor sentido.

Con el Batman que todos queríamos ver, esta peli no defrauda en nada a los fanáticos que esperaron pacientemente la continuación de esta saga que hizo resurgir al encapotado y le saco para siempre esa viejo mote de gordito simpático que se vestía con una calza azul, bailaba twist y vivía en una cueva con un menor de edad.

lunes, 30 de junio de 2008

El círculo de la bronca

Nos pasa muy seguido, cada vez más, esto de nublarnos y ver algo que se esta haciendo de una manera errónea y embroncarnos, ponernos mal, angustiarnos, querer gritar, salir, golpear, lastimar y hasta matar a ese hijo de puta, a ese guacho que es la causa de todos nuestros problemas, la razón de todas nuestras penurias, el motivo por el cual todos nosotros vivimos así, en este mar de incertidumbre, de dolor y de bronca, más que nada de bronca.

Pero cuando uno está en este estado que mezcla el agotamiento con la falta de aire y la mirada fija en un solo punto, no tenemos mucho espacio para pensar, ni tampoco nos lo damos. Y la verdad es que no hay que ser muy inteligente para ver que por ahí, si nos dábamos ese pequeño espacio en un comienzo no tendríamos que sufrir la bronca después, ¿no?

La racionalidad y la bronca no son muy amigas, más bien son opuestas. Pero más allá que parezca obvio con cual de las dos uno se quedaría, me parece que el problema es justamente ese, elegir. En el pensamiento occidental entendemos todo en opuestos: blanco y negro, bueno y malo, sentimientos o racionalidad; Y parecería ser que siempre estamos condenados a elegir una y desear que no necesitemos de la otra porque todo nuestro sistema se caería abajo.

Aquí está el problema principal, porque siempre necesitamos del otro extremo. Imagínense un mundo sin el blanco, sería un mundo totalmente oscuro y tenebroso. Pero que pasaría si pasa exactamente lo mismo pero con el negro, ¿cómo podríamos disfrutar de la luz sin la oscuridad? El mundo no se puede ver desde un lado u otro. Por más bueno o interesante que parezca cualquiera de ellos, los dos lados son igualmente importantes y para verlos mejor a los dos siempre hay que pararse en el medio.

Volviendo al tema principal, toda esta ebullición de sentimientos se da un poco por eso. Porque en ese momento creemos que todo se reduce a eso, y muchas veces eso es lo que nos llevo a la bronca en primer lugar. Todo tiene puntos buenos y malos y según lo que nos parezca en ese momento elegimos el peor de los males. Pero cuando somos irracionales la otra opción tiene todos puntos buenos, es ahí donde probablemente tenemos que empezar a desconfiar.

Es bastante obvio si nos lo ponemos a pensar, el camino de la bronca sólo nos lleva a elegir lo diametralmente opuesto a lo que veníamos eligiendo. Y si quieren se los firmo acá, pero cuando todos vamos tan decididamente a elegir algo, al poco tiempo esa opción se agota y vamos a estar con la misma bronca deseando estar de vuelta del otro lado de la vereda. Ahí es cuando el círculo se completa y todo vuelve a empezar

A veces para no estar cruzando todo el tiempo de vereda en vereda deberíamos tomar lo mejor de cada una y construir una opción intermedia que conforme esas dos mitades que siempre se están peleando y viven dentro de nosotros. Por ahí, en vez de tirar cada uno para su lado y ver quien se queda con la mejor porción, podríamos preocuparnos por tirar los dos para un lado en común y no tener que preocuparnos tanto por cómo repartimos, sino por cómo tener más para repartir. Porque no nos olvidemos que si usted tiene solcito a la mañana, a la tarde seguro le va a tocar al de enfrente.

Claro, acordar una estrategia en común conlleva tener que salir de nuestra postura y concensuar con ese otro que hasta hace un ratito nomás representaba todos los males del planeta, pero quien te dice, por ahí haciéndolo nos damos cuenta que eso nos convenía más que andar embroncados todo el tiempo.

jueves, 22 de mayo de 2008

El por qué del para qué

A todos nos paso en algún momento. Esas noches de depresión en las que las chicas se matan comiendo helado o algo dulce y los hombre…bueno, nos matábamos con otras cosas y dábamos vueltas por nuestras cabezas como si fuéramos a encontrar la respuesta escondida en alguna oscura esquina de nuestra mente. Pero por más vueltas que demos y por más perdidos que estemos, la respuesta nunca aparecía a esa pregunta que nos acompaña desde el principio de los tiempos, esa pregunta por la que se escribieron bibliotecas enteras y que en nuestro desesperado intento por responderla acudimos a las teorías más locas y diversas. La pregunta que es casi tan vieja como nuestra existencia: ¿para qué estamos acá?


No me pueden negar que esta pregunta nunca rondó por sus cabecitas locas. ¿Por qué alguien nos dio conciencia y nos trajo a este mundo lleno de maravillas cotidianas? Es como que alguien se tomo demasiadas molestias sólo para que estemos, ¿no? Tiene que haber algo más ¿no? Tenemos que estar acá por alguna razón ¿no?... ¿no? Yo entiendo que esta pregunta fue analizada por millones de personas mucho más inteligentes que yo y sigue sin respuesta aun después de eso, pero, para tranquilidad de un montón de filósofos que por las dudas ya se estaban revolcando en sus tumbas, no me voy ni a molestar en responderla.


Porque en realidad la intención de esta conclusión no es enfocarse en esa pregunta sino en otra que está directamente relacionada y que podrán adivinar simplemente leyendo el título de este post: “¿El por qué del para qué?” Hace poquito charlaba con un amigo sobre algo que había leído de un escritor que decía algo así como que buscarle el sentido a la vida era como encontrarle lógica a algo totalmente irracional. Me pareció interesante su conclusión pero más allá de eso me quedé intrigado, porque me había percatado de algo que conocía pero que nunca había percibido. Esa obsesión del hombre por encontrarle un sentido a la vida tenía, quizás a diferencia de la anterior, un razonamiento lógico atrás. Y ya que estamos en este asunto de sacar conclusiones simpáticas de cosas complejas, me dispuse a averiguarlo.


La vida no es racional como decía este escritor, del que no recuerdo el nombre, pero nuestra vida si lo es. La vida que construimos para nosotros mismos se rige casi en su totalidad por la razón. Sabemos que de acuerdo a las decisiones que tomemos tendremos consecuencias que siempre son las mismas, no varían. Sabemos que nacemos pequeños, crecemos, tenemos hijos y luego morimos; Y eso es lo lógico, lo que tenemos preestablecido. Pero, ¿qué pasa cuando este orden lógico se choca con la irracionalidad? ¿Qué pasa cuando un chico muere, o cuando un padre sobrevive a su hijo? Hay algo extraño ahí, esa superestructura que construimos pierde su sustento y se nos cae en la cabeza como un tremendo terremoto que destruye todo lo que construimos durante tanto tiempo.


Aunque a veces, sin llegar a los extremos de los ejemplos anteriores, nos encontramos cara a cara con esta irracionalidad. Tarde o temprano la vida logra sacarnos de nuestras casillitas prefabricadas y ponernos cara a cara con la realidad. Esa realidad que nos aterroriza constantemente, a la que tanto miedo le tenemos. Pero, ¿por qué es eso? ¿Por qué construimos todo un mundo para escaparnos, o al menos intentarlo, de esa aterradora realidad?

Y acá es cuando tenemos que ponernos una mano en el corazón y pensar. ¿Podríamos salir a la calle todos los días si nos ponemos a pensar todo el tiempo en que quizás no vamos a volver? ¿Amaríamos a alguien si somos concientes de que lo vamos a perder o él nos va a perder a nosotros? De pronto una vida simple se puede transformar en complicada si somos concientes de que cada respiro que damos puede llegar a ser el último.


Es raro pero a medida que “evolucionamos” como especie, vamos “involucionando” en nuestro contacto con la cruda realidad. Esa que, tarde o temprano, nos toca el hombro y nos hace acordar que siempre estuvo ahí, por más empecinados que estemos en ignorarla.


Este miedo es el que nos hace escaparnos y nos hace pensar diferente. Es como una especie de combo indeseable que viene con la razón, el hecho de ser concientes que vamos a morir tarde o temprano. Y esto de pensar que estamos más allá, que no somos sólo una cuenta regresiva sino que tenemos otro propósito en la vida, es una especie de escapatoria a todo esto.


De alguna manera, el mirar para arriba y pensar que podemos alcanzar las estrellas con las manos, nos hace olvidar por un momento lo cercanos que estamos del suelo.


lunes, 7 de abril de 2008

¿Querés un consejo?

¿Nunca les paso de darle un consejo a un amigo para que se levante una chica, o ustedes chicas, contarle a una amiga que tiene que hacer para que un chico se interese en ustedes? ¿Y no coincidía ese momento con el de estar solos o solas como un perro o perra (de acuerdo al género por si no quedo claro)?

Esto nos pasa a todos, desde el que se para atrás del que hace el asado para decirle que hacer, hasta acompañante que le dice al conductor todo lo que hace mal. Todos sabemos que es lo que los demás tienen que hacer, ya sea sobre si le conviene o no el nuevo novio a la martita hasta las políticas que debe aplicar el estado en cuanto a sus relaciones internacionales. Si nos lo ponemos a pensar, en algún punto es pedante y hasta medio gracioso que todos nosotros, sin importar las experiencias previas o la educación que tengamos, sepamos de los más diversos temas sobre los cuales instruir a los que están a nuestro alrededor para mejorar todas sus decisiones.

Pero, en realidad, lo más loco de todo eso no es que siempre seamos los consejeros perfectos de todo lo que nos podamos imaginar. Sino que al llegar a nuestras propias vidas la situación cambia totalmente. Seanme sinceros muchachos, ¿quien está totalmente convencido de las decisiones que toma? ¿Alguien tiene en claro exactamente lo que tiene que hacer? Queda en ustedes responder.
Entonces uno se pone a pensar, ¿estarán estos dos hechos relacionados? ¿La falta de decisión en nuestras vidas tendrá que ver con el hecho de que sepamos lo que los demás tienen que hacer? Y lo que es aun más importante ¿por qué pasa? De todo esto y quizás de algunas cosas más, se tratara la siguiente conclusión sobre este tema que es tan actual como antiguo.

Ahora, pensándolo un poquito, la explicación de todo este tema nos puede resultar bastante obvia. Todos los que pensamos que podemos resolver problemas ajenos los miramos desde afuera, tenemos una visión bastante general y superficial de las cosas lo que hace que solucionar algo sea tan sencillo como decir la obviedad más grande que se nos pueda ocurrir, total no vemos nunca la infinita complejidad interna del problema.

Pero esto, mis queridos y fieles lectores, nos lleva a otra pregunta. ¿Es realmente complicado resolver los problemas, o nosotros nos generamos un mambo totalmente innecesario en nuestro constante esfuerzo por complicar lo que podrían ser unas vidas más que sencillas? Y la respuesta que me doy a mi mismo es tan ambigua como las declaraciones de algunos políticos últimamente, si y no.

Los problemas nunca son difíciles de resolver si los miramos desde la generalidad, pero son tremendamente complicados cuando nos metemos en el tema. Es como cuando te gusta una mina (no podía faltar el ejemplo del levante) y tenés que decidirte a hablarle o no. Sabés que la solución obvia es ir a hablarle, pero ahí entran a jugar otros factores que te hacen dudar, ¿y si me rechaza? Si me quedo acá no va a pasar nada, pero tampoco voy a sufrir el rechazo. Ya quizás la decisión no parece tan sencilla porque vemos los pro y los contra de la situación, que es lo que realmente hace más difícil resolver un problema.

Pero, lo que es importante acá, no es ni quedarse en las generalidades, ni ahogarse en un mar de detalles. Es importante y también infinitamente difícil, buscar un equilibrio entre estas dos cosas. Y ahí es cuando nos puede ayudar la visión de los de afuera, porque ellos, por su mera ubicación, lo ven de afuera. Esto nos da un panorama más amplio de las cosas y juntando su visión con la nuestra, nos es más fácil encontrar la solución.

Así que para ir cerrando este artículo, la idea es que aprendamos a escuchar más, tanto a los demás como a nosotros mismos y ahí tomar decisiones con todos los puntos de vista estudiados. La verdad que esto hay que tenerlo muy en cuenta siempre, porque de la otra manera es como ir por un camino de ripio con el parabrisas todo rajado.

domingo, 9 de marzo de 2008

Felíz día

Nos critica, nos insulta, nos ratonean, nos histeriquean, nos confunden, nos distraen, nos excitan, no nos dejan pensar, nos taladran el cerebro, nos interrumpen, nos exigen, nos hacen hacer cosas que nunca haríamos si no fuera por ellas. Pero aun así, que horrible sería la vida sin ustedes.

Muy Feliz Día de la mujer y gracias por ser como son.

jueves, 28 de febrero de 2008

Políticamente incorrecto

Vieron cuando los políticos dicen “no voy a hacer comentarios sobre ese tema” o cuando dicen lo que todos quieren escuchar aunque después hagan diametralmente lo opuesto, bueno, eso es se llama hacer lo políticamente correcto. Claro que, más allá del nombre, este tema no se limita solamente a los políticos y nuestra vida muchas veces se ve invadida por este tipo de cuestiones. Esto sucede especialmente cuando los hombres intentan levantarse alguna chica y dicen cosas que realmente no piensan o que creen que van a lograr seducirlas.


A mi mucho no me gusta este tipo de falsedades y como toda mi vida desarrollé dos grandes adicciones que son: hacer lo contrario a lo que hace la mayoría y boicotear toda posibilidad de agradarle a las chicas. Decidí publicar está conclusión que habla de lo que comúnmente se evita hablar.


“Tengo muchas cosas en la cabeza”, “realmente en este momento de mi vida tengo otras prioridades”, o la vieja y conocida “no sos vos, soy yo”. Todas esas frases pueden ser utilizadas por las mujeres con un montón de propósitos que obviamente no son los que se leen a primera vista. Puede ser que no vean un futuro con su pareja, o no sientan lo mismo que antes o que sencillamente no se sientan respetadas por sus parejas. Pero en el caso de los hombres hay una única razón para cortar una relación, pensamos que podemos tener algo mejor.


Sobre esto queridos amigos, porque esta conclusión creo que sólo va a interesarle a los hombres, es la conclusión de hoy. Sobre todo eso que pensamos los hombres sobre nuestras parejas pero nunca decimos ni hablamos de ello con otras personas que no sean hombres de nuestro circulo porque no sería políticamente incorrecto. Muy lejos de esas falsas creencias que imponen las mujeres, como el amor y las almas gemelas, los hombres tenemos otros criterios a la hora de analizar nuestras posibles presas, o como se les dice comúnmente “mujeres”.


Pero tampoco voy a estereotipar a los hombres (entre los cuales me incluyo) como seres que no tienen ningún sentimiento y en lo único que piensan es en coger. Eso no es verdad tenemos sentimientos (la parte de coger es cierta) el problema es que la mayor parte del tiempo le gana la razón al sentimiento. El hombre por naturaleza es un ser práctico, que evalúa cada instancia de su existencia. Y es de ahí de donde sale la mayor virtud y el mayor defecto del hombre al mismo tiempo, la auto superación constante.


Porque más allá de que se nos considere vagos, nuestra meta constante es mejorar y conseguir superar a los demás, claro que muchos nos quedamos en la idea y no la llevamos a la práctica. Para ejemplificar esto voy a utilizar uno de los ejemplos más utilizados en estás conclusiones y que para el caso viene como anillo al dedo, el típico y nunca bien ponderado ejemplo de minas: Cuando no tenés a nadie cualquiera es valida, desde la más gorda hasta la más flaca. Desde la más linda hasta la que es más parecida al retrato de Lenin en sus últimos días. Y obviamente, al ser seres que priorizamos la practicidad ante todo, usamos una escala de mayor a menor, primero vamos con las mas lindas, después con las lindas, después con las simpáticas y cuando ya no tenemos más chances con las amigas feas de las simpáticas (que aparte de ser muy feas son un embole).


Aun así, como dicen las señoras que convivieron con los próceres, siempre hay un roto para un descocido y algo siempre conseguís, por menos lindo o simpático que sea. Salís un tiempo, todo anda bien, pero que pasa, aparece otra mina un poco más respetable que te tira onda. ¿Y que vas a hacer en ese caso?, ¿quedarte con la chica que parece que tiene puesta la mascara de Frankenstein o ir con esta nueva conquista? Como asumo que a esta altura las pocas chicas que empezaron a leer pensando que esto iba a dar un giro desistieron y los que quedaron son todos hombres ni me voy a molestar en dar la respuesta. Y ahí es cuando vienen las fatídicas frases del principio.


Pero, el hombre no se queda ahí, puede parece que sus instintos de cacería se achanchan a medida que su panza de cerveza crece, pero no es así. Siempre estamos agazapados esperando que algo pique, claro que a veces la carnada no es demasiado tentadora. Pero todos sabemos que si aparece la oportunidad saltamos a agarrarla sin dudar. O, ¿por qué se piensan que esos cuarentones salen con colegialas de 15?, ¿se creen que no saben lo ridículos que parecen con esa ropa moderna, los autos descapotables y ni hablar del implante capilar. Pero hacen todo esto porque saben que lo otro es peor, que si no toman esa chance, todos los hombres se van a reír secretamente de ellos por no respetar los designios de la especie.


Aun así muchachas (si es que queda alguna, aunque creo que a esta altura ya todas borraron la página de los favoritos) esto es una etapa en la vida del hombre, claro que en todos varía a que edad termina, puede ser a los 18 o a los 50 (o quizás nunca termine). Pero, más allá de estas pequeñas cositas todos sabemos que lo que hace al amor tan especial es todo lo que nos cuesta encontrarlo.

viernes, 15 de febrero de 2008

¿Querés agrandar tu combo?

-“Un combo uno por favor”,
-“¿Querés agrandar tu pedido por $1.50?”,
-“No”,
-“¿Qué gaseosa vas a querer?”
-“Eh……..coca”
-“¿con hielo o sin hielo?”
-“sin”
-¿Querés ketchup, mayonesa o mostaza?
-…


Este no es el texto de una nueva obra de teatro, sino que es un diálogo común que se puede encontrar en cualquier lugar de comidas rápidas. Pero, más allá de ser un speach guionado por algún irresponsable del área de marketing que vive en Estados Unidos y que seguro jamás comería ahí, es algo muy representativo de algo que nos está pasando ahora.


Siempre pensé que la razón por la que uno va a comer a este tipo de lugares no es porque sea un amante ferviente de las hamburguesas o porque no haya completado la colección de juguetes de la cajita feliz. Me parece que la principal causa por la que elegimos estos lugares es porque las decisiones son sencillas y rápidas. Sólo basta pararse frente a la caja mirando las fotos para elegir que vas a querer, claro que una vez ahí surge esta lluvia de preguntas a la que uno responde generalmente con monosílabos y sin pensarlo demasiado. Esta, más allá de ser una estrategia de macabra para que digas a todo que sí, es algo que nos pasa en la vida actual todo el tiempo. Ya lo decía esa famosa letra de Charly: “no se lo que quiero, pero lo quiero ya”.


Creo que esta mezcla entre la cantidad de opciones que tenemos y el tiempo acelerado en el que vivimos, dan como resultado que uno se pare ante la vida y mire las fotos publicitarias que poco tienen que ver con la realidad, para intentar tomar una decisión acelerada antes de que le toque el turno.


Píenselo, hoy en día tenemos muchísimas más opciones de las que tuvieron nuestros padres. Somos concientes de todo lo que podemos llegar a hacer y eso naturalmente nos confunde. Sería mucho más sencillo si sucediera lo que pasaba antes donde ya sabías desde el comienzo que ibas a la escuela y después te esperaba una vida en un trabajo que no te iba a gustar pero que iba a servir para mantener a la familia que si o si ibas a tener.


Es raro, pero al tener más libertades nos puede llegar a limitar. El hecho de conocer de antemano todas las posibilidades que tenemos en la vida, hace que nos cueste demasiado optar por un solo camino, porque sabemos que al elegir uno dejamos afuera todos los demás. Es por eso que buscamos las cosas rápidas, porque creemos que pasarán más pronto y no vamos a tener que pensar demasiado.

¿O se piensan que todos los que van a comer a lo del payasito no preferirían un buen bife con papas o un buen plato de pastas? No se engañen, no es tanto por el precio, es por la rapidez de la decisión. En un restaurante vos tenés un menú que tiene de 3 a 10 páginas, en cambio ahí hay una pizarra con algunas fotos llamativas. No puede ser tan difícil, ¿no?


Pero bueno mis queridos devoradores veloces, tengamos cuidado con esto de las decisiones rápidas. No solamente que por el sólo hecho de hacerlas estamos relegando la posibilidad de tener algo mucho mejor. Sino, porque los que te dejan elegir rápido saben muy bien que no te importa tanto lo que elegís, sino la rapidez con que lo hagas.

jueves, 7 de febrero de 2008

¿Adónde vas?

El primer problema aparece al querer meter un ropero gigantesco en una pequeña valija, después está el tema de llegar hasta un lugar super alejado para ir a otro lugar muchísimo más alejado aún. Todo esto obviamente sazonado por la incomodidad del viaje, demoras de muchas cosas y no nos podemos olvidar de los infladísimos precios de todo lo que interviene en este asunto. Pero, aún después de esta tortura, miles de personas día a día viajan a los lugares más remotos del mundo simplemente por diversión. La pregunta obvia que surge de todo esto es: ¿por qué? ¿Cómo es que someterse a largas colas, precios excesivos y problemas inesperados pueden ser la mejor opción para que la gente se relaje en esas miserables vacaciones que te dan después de un año agitado? Pero no se preocupen mis queridos amigos, porque averiguaremos esto y mucho más en la conclusión que viene a continuación.


Para entender un poco más esto es fundamental aclarar algo. No importa cuan lejos vaya la gente, nunca están escapando de ningún lado. Sea conciente o inconscientemente la mayoría de las cosas que hacemos en nuestras vacaciones están pensadas para cuando volvamos a nuestro lugar de origen. Sacar fotos, comprar regalos para los amigos de acá o cosas para la casa. Son todas cosas que hacemos pensando en nuestra vida cotidiana, así que, salvo por esa camisa ridícula que te compras allá pero que preferirías salir desnudo que usar en casa, todo lo demás que haces es para tu vida cotidiana.


Pero entonces, ¿por qué nos vamos tan lejos para no escapar de ningún lado? Y acá está lo verdaderamente loco de esto. Lo que queremos probar inconscientemente cuando nos vamos a algún lado es cuan lejos podemos llegar a irnos para después volver a nuestra vida habitual. Es por eso que sacamos fotos nuestras en los lugares y se las mostramos a nuestros amigos, sólo para decirles: “ves, pude llegar hasta allá y volver siendo yo mismo. Cualquiera puede estar ahí habiendo nacido ahí, yo llegué habiendo nacido acá”. Y ese es el verdadero logro en este tipo de situaciones, porque no es cuestión de cambiar o adaptarse a un lugar nuevo, es todo lo contrario. Lo fundamental es llegar lo más lejos posible y volver siendo el mismo. Lo que cambia radicalmente es el lugar, la persona sigue siendo la misma. Eso es lo difícil y lo que se aspira a hacer. Yo tengo mi vida en otro lado, pero puedo dejarla un tiempo e irme muy lejos. Y cuando vuelva todo va a seguir siendo justo igual que antes.


Si todavía no me creen después de todas las pruebas irrefutables pruebas (esto es un blog de opinión, no una tesis científica) solo basta analizar una frase que se usa muy comúnmente: “mirá hasta donde llego ese”. Esto se puede usar en referencia a un ascenso, a un viaje o a la carrera de alguien (o a una competencia de meadas, pero eso es otra cuestión). Pero siempre hace referencia a un logró personal. De alguna manera el moverse de un lugar a otro siempre está asociado al progreso, entre más te podes mover más exitoso sos. Pero claro, que motivo hay para moverse si no es para poder mostrarle a donde llegaste al que antes tenías al lado.

martes, 15 de enero de 2008

Lo que quieren que creamos que queremos

¿Qué es lo que queremos? Esta pregunta que parece muy sencilla y que todos ya contestaron en sus cabezas es más complicada de lo que parece. Porque la verdadera pregunta no es esa, sino que hay otra un poco más profunda y que, como todos ya sabemos, va a ser el tema a tratar en esta entrada. La pregunta misteriosa es: ¿qué es lo que realmente queremos?


Todos tenemos sueños y pretensiones, pero, ¿de donde nacen?, ¿quién nos las impone? ¿Somos nosotros los verdaderos arquitectos de nuestras vidas, o hay algo más que nos marca el camino? Esto parece una teoría conspirativa de Mulder en los expedientes secretos X, pero no me digan que nunca se hicieron esta pregunta: ¿realmente somos nosotros los que tomamos todas las decisiones de nuestras vidas?


Al mínimo análisis, uno se da cuenta que hay toda una industria que se dedica exclusivamente a lo que quieren que queramos. Desde que gaseosa queremos tomar, hasta como queremos vernos y finalmente que sueños debemos tener. Pero, ¿esto es tan así? ¿Somos tan vulnerables a los medios de comunicación que hacemos exactamente lo que ellos nos dicen?


Bueno, para responder esto podríamos hacer un ejercicio práctico. Simplemente salgan una calle transitada y vean como se viste la gente y compárenla con como nos vestimos nosotros. No me pueden negar que caímos en el engaño. Aunque bueno, tampoco seamos tan duros con nosotros mismos, no podemos ser originales en todo, sino nos pasaríamos todo el día haciendo ropa única. Pero siempre es bueno ser diferentes al resto en algo. Porque, eso es lo que nos diferencia de los demás y lo que nos hace valiosos.


Como seres humanos, y esto ya lo hablamos antes, tendemos a separar a los diferentes, a tomar distancia de ellos y construir un sistema de defensa para que ellos no puedan llegar a donde nosotros estamos. Pero, ¿qué sería del mundo sin la gente diferente? Posiblemente no podríamos curar gran cantidad de enfermedades, ni gozar de las obras de arte más magnífica y claro, ocurriría la catástrofe más grande de la existencia: no existirían las computadoras.


Aunque, muchas veces nos olvidamos de esto y nos dejamos llevar por los mensajes más fáciles de escuchar. Que no está mal hacerlo de vez en cuando, pero cuando nos acostumbramos a que nos griten en el oído no vamos a tardar mucho en quedar completamente sordos. Porque, es fácil para el fabricante saber lo que el público quiere cuando vos es él el que le dice al público que es lo que quiere. Y también es mas fácil, para el público saber lo que uno quiere cuando los demás le dicen que es lo que quiere, pero sin duda no es lo más conveniente.


¿Por qué? Porque cuando todos quieren exactamente lo mismo no hay suficiente para todos, eso genera inseguridad. Claro que el negocio de las marcas es que te sientas inseguro y compres su producto para conseguir eso que tanto querés, que por supuesto ellos te dijeron que es.


Todo este tema parece estar muy en el aire y es casi filosófico. Pero, aunque no nos demos cuenta, todo esto nos afecta muy de cerca. Les voy a pedir que hagamos otro ejercicio práctico (la próxima organizo una clase de yoga). Pónganse una mano en el corazón y díganme, no se sienten más competitivos últimamente. Y no digo con compañeros de trabajo, ni con gente que no se báncan pero que tienen que ver igual. Digo con amigos, con gente que aprecian y que ven por propia voluntad.


Eso no tendría que pasar, cada vez estamos viviendo en una sociedad más berreta, más básica y más insegura. Porque, eso es lo que generan todos los celos, la envidia y la competencia innecesaria. La famosa y nunca bien ponderada inseguridad.


Y claro, ¿cómo no nos vamos a sentir inseguros si vemos todo el tiempo gente que tiene mucho más poder que uno o culos perfectos de 300 metros colgados en el medio de la calle? Los que tienen lo que nos dicen que tenemos que querer nos lo muestran todo el tiempo, casi gastándonos, refregándonoslo por la cara. Y toda esta humillación pública de neon genera en nosotros los peores sentimientos de la raza, envidia, odio y finalmente el peor de todos, la violencia. Lo peor de todo es que no es la violencia obvia y fugaz que vemos siempre en los partidos de fútbol o en algunas reuniones del congreso coreano. Esta violencia es más estructural, se mete en todos los aspectos de nuestra vida y nos va convirtiendo de a poco en gente amargada y egoísta, cuya única alegría es amargar la vida de los demás.


La verdad muchachos que las pruebas están a la vista, todos sabemos que nuestra sociedad en muchos aspectos es una mierda, pero pocas veces nos preguntamos por qué y menos todavía hacemos algo para cambiarla. Realmente los únicos que nos cagamos con todo esto somos nosotros. Miremos a nuestro alrededor y preguntémonos: ¿esto es lo que realmente quiero? Porque salidas siempre hay, solamente hay que querer tomarlas.