miércoles, 1 de abril de 2009

Elecciones anticipadas

Contador o artista callejero, sexo opuesto o el propio, agrandar el combo o dejarlo como está. Como ya hemos dicho muchas veces en este espacio las elecciones son parte de la vida y una de esas partes que es casi fundamental para que el resto funciones. Pero como no hacemos tan seguido por estos lares, vamos a hablar de un caso de la actualidad en vez de algo vano y totalmente intangible. Y obviamente, como ya se habrán imaginado mis queridos chichipios, el tema elegido es el de las elecciones anticipadas.

Elegir nuestros destinos, ya sea a través de una elección democrática o el color de la remera que nos vamos a poner siempre parece bueno, pero a veces no lo es tanto. Ya sé que suena raro y seguro no falta el que piense que es medio fachista, pero muchas veces la libertad de elección hace que se cuarte nuestra posibilidad de elegir. Parece medio contradictorio pero paso a explicar, si es que me dan una oportunidad los jovencitos de esa falsa izquierda que hablan mucho de democracia pero cada vez están más intolerantes con las opiniones que se pasan un milímetro de las propias, las elecciones no siempre son reales, porque vale aclarar que el que te da la posibilidad de elegir también te dice entre que elegir y a veces, por no decir siempre, eso no es una elección sino un engaño.

A lo que voy con esto es que no sólo hay que estar atentos a quien elegimos, sino también a que posibilidades reales tenemos de elegir e incluso, y este me parece que es el punto fundamental al que dedicarle atención en esta conclusión, es si tenemos necesidad de elegir en si.

Las elecciones son una gran herramienta de la democracia, y son totalmente necesarias, pero eso no significa que en todos los aspectos de la vida tengamos que elegir entre una cosa u otra. Gobierno o campo, pobres o ricos, paz social o retenciones. Esta especie de elecciones impuestas a las que nos exponen a diario pretenden ser una consecuencia directa de la democracia, pero no es más que una vil artimaña para confundir a la gente. Si vos le das a elegir a alguien entre A y B, es muy probable que muchos se inclinen por A y miren con mala cara a los que se inclinan por B, que es una respuesta un poco más controvertida. Incluso se puede generar cierto número de incidentes entre los que eligieron A porque piensan que tiene la razón y no entienden como los de B pueden estar tan equivocados, incluso se lo pueden cuestionar a B cuando los ven, que por ahí no tienen muchas respuestas a esa irrefutable verdad de los Aistas. Es así como se arman interminables debates con descalificaciones e insultos desde ambos lados y algún que otro argumento. Lo que es muy probable, es que en esos meses y meses de debates encarnizados, dudas y desgaste emocional, lo que nadie o muy pocos se planteen es porque hay que elegir entre A y B, y no sacar lo mejor de A y lo mejor de B y trabajar juntos para construir la opción C. Es raro que los que plantean la elección no se den cuenta de eso, a menos que lo que les convenga sea la discusión en vez de la solución al problema. Y este tipo de cosas no es sólo conveniente para el que quiere imponer su opinión sobre la de cualquier otro, sino también para el que vende las entradas para el espectáculo de la discusión.

Para no divagar demasiado con tantas letras voy a aclarar que estoy hablando de las elecciones forzadas que tenemos que tomar en estos días, y no sólo hablo del adelantamiento de las elecciones, sino de la dichosa y recontra alimentada elección entre gobierno y campo, la más nueva, o quizás no, decisión entre los derechos humanos y la seguridad, y la siempre latente y ya muy gastada, y cada vez más inútil e innecesaria, decisión entre ser de izquierda o derecha.

No dudo en que cualquiera de estas opciones sea más que válida, lo que parece que no estamos percibiendo muy bien es que no es necesario que elijamos entre una u otra. Ningún extremo es en sí completo, no importa que tan intensa sea una luz, sólo podemos ver cuando la unimos con la sombra para poder distinguir los objetos. El agua es vital para la vida, pero sin la tierra que la sostenga sólo sería líquido flotando por el universo que sería incapaz de soportar la vida. A lo que me refiero con esta flasheada astrológica es que los extremos existen en todos lados, esta concepción bipolar es una manera de entender la vida y de clasificarla, pero esto no quiere decir que por diferenciar dos cosas aparentemente opuestas podamos vivir sólo con una o con la otra. En todos los aspectos de la vida las cosas opuestas se necesitan entre si para existir, ¿cómo podemos imaginar que nuestra triste realidad local puede escaparle a una ley universal? A lo que voy con todo esto, y para dejarlo totalmente claro, es que no tenemos que dejar que nos confundan con esta bipolaridad estúpida, que a casi nadie le sirve, tenemos que dejar de lado nuestras diferencias y tomar en cuenta nuestras similitudes, que son muchísimo más importantes. ¡Hay que formar un proyecto común tomando lo mejor de ambas ideas! Es más que obvio que la única forma de salir definitivamente de este desfile permanente por la cornisa es juntos, así que unámonos que separados somos más débiles. Y clara prueba de esto es que el punto en común de todos los que nos llevaron hasta donde estamos ahora, es intentar por todos los medios mantener esa separación entre la gente.

Elegir antes a veces no nos da tiempo a pensar qué estamos eligiendo. Pero, lo que es peor, es que no nos da espacio para preguntarnos por qué tenemos que elegir entre dos cosas en vez de sumarlas.