domingo, 7 de noviembre de 2010

Machete o Un mejicano con mucha cara de malo

¿Parodia de película clase B o película clase A que salió muy mal? ¿Un gran chiste o un bodrio bastante caro? ¿Robert Rodriguez es el Ed Wood de nuestra era? Ninguna de estas preguntas voy a responder en esta columna, bueno quizás las primeras dos pero más que nada voy a hablar de una película de género que se burla de las películas de género y que los que aman el género van a adorar।

Seguramente reconocerán al protagonista de varias películas del mismo director (por ejemplo: La balada del pistolero o Mini-espias) pero claro que nunca protagonizo ninguna peli y si miran este film van a descubrir porque। No creo que gane el oscar por su interpretación, pero está secundado por grandes actores que casi increíblemente aceptaron participar en la película.

Nacida como un falso avance de “Planet terror”, nuestro amigo Robert decidió convertirlo en uno verdadero y transformar esa idea en un largo incluyendo cada escena que estaba en el avance. Como resultado nos quedó una peli más que interesante sobre un mejicano ex agente federal (con una tremenda cara de matón de narco) que fue traicionado en su país y cruzó la frontera hacia Estados Unidos donde es un inmigrante ilegal mas hasta que le proponen asesinar a un político racista que planea hacer una reja electrificada a lo largo de toda la frontera con México। El dinero que le ofrecen es muy tentador pero el decide donarlo a una organización que ayuda a los ilegales manejados por una figura misteriosa llamada “She” (la película pasa todo el tiempo del español al ingles). Al momento de cometer el asesinato nuestro rudo héroe es engañado y baleado por otro francotirador que a su vez hiere al político en la pierna. Herido y todo escapa de sus perseguidores y es albergado por la siempre sexy y medio machona (cosa que la hace más sexy) Michelle Rodriguez.

El elenco se completa con Jesica Alba que es una agente de migraciones que persigue a Machete para luego obviamente aliarse con él, Lindsay Lohan que hace de la hija drogadicta (le debe haber costado un montón) del asistente del político y finalmente la vuelta de Don Johnson a las canchas que interpreta a un oficial de frontera que aparece bastante poco y poca ingerencia tiene en la trama. Todo esto nos da como resultado una entrega con mucha acción, algo de sexo y mucho humor para el público que gusta de ver pelis malas para reírse de ellas, Rodriguez hace films con este objetivo creando, junto con su padrino cinematográfico Tarantino, un nuevo sub-genero que por ahora funciona muy bien, el tiempo nos dirá si es una moda pasajera o si llegó para quedarse. Sea como fuere por el momento los muchachos tienen un buen programa para el viernes a la noche.

lunes, 25 de octubre de 2010

“Red social” o “Todo lo que hacen los tipos es para levantarse minas”

Cualquiera de los dos nombres detallados en el título podría haber sido el indicado para bautizar esta peli aunque por razones obvias los productores eligieron el primero (el segundo no entraba en el afiche)।

Con una dirección muy correcta de David Fincher, aunque no a la altura del club del “Club de la pelea” o “Seven”, este film nos cuenta la historia del joven creador de Facebook, Mark Zuckerberg (sí, tuve que buscar el nombre en Google porque no me acordaba como se escribía). Y de cómo este joven emprendedor que creó la red social más famosa de la historia que se basa en la idea de estar en contacto con tus amigos casi no los tiene y los pocos a los que se les podría calificar como tales lo están demandando por millones de dólares.

Lejos de reflexionar sobre la idea del fenómeno social que significa una página donde uno acepta o no a sus amigos, se reencuentra y conoce gente, quizás la gran diferencia con otras redes y en lo que es verdaderamente revolucionario es que en lugar de diferenciar en grupos busca puntos en común entre sus integrantes. De nada de todo esto habla esta cinta que cuenta cómo surgió la idea y como se implemento mechado, de forma intercalada y bastante dinámica, con todos los litigios que se sucedieron después porque claro, el principal enemigo de la amistad son las minas y el dinero, imagínense si combinamos los dos।

Mas allá de un elenco que mezcla desconocidos con famosos pero que está bien elegido (sí, incluso Justin Timberlake como el creador de Napster), quizás la interpretación más jugada se la lleva el protagonista Jesse Eisemberg (también busque a este para escribirlo bien) que compone al genio creador de Facebook como una persona tan inteligente como arrogante y desconectada de la realidad। Quizás aquí se encuentre la bajada de línea más importante del film sobre las redes sociales, en donde al igual que él, todos estamos cada vez más conectados a una realidad superficial y a la vez más desconectados de una realidad verdadera (Sí, soy conciente que este artículo lo publiqué en mi Blog y en el propio Facebook, pero la vida está llena de contradicciones).

En resumen una peli que no te va a volar la cabeza pero muy digna de verse y de que le pongamos un “me gusta” con un pulgarcito hacia arriba.

miércoles, 18 de agosto de 2010

¿Cuál es tu zanahoria?

Más allá de este pequeño truco publicitario les aclaro que este artículo nada tiene que ver con el siempre atractivo tema del sexo. Así que, dejando de lado al 90% de los lectores que nos acaban de abandonar, te explico mami lo que quise decir con este título.

Todos tenemos una zanahoria, sí ustedes también chicas (esta bien, es el último chiste de tono sexual, lo prometo) La zanahoria es una metáfora por algo que queremos alcanzar, lo que nos mueve y potencia hacia un destino futuro, uno que siempre parece distante como si estuviera dibujado en el horizonte, tal como la que aparece en la punta de un palo frente al burro de carga.

No tenemos que remontarnos tanto en la memoria para recordar que cuando éramos jóvenes e ingenuos y nuestras zanahorias crecían bajo la tierra de nuestros pensamientos como el alimento de futuras realidades y algunas decepciones. Hay zanahorias más grandes y más chicas, (el último, esta vez en serio) pero lo más interesante de todo esto es que todos tenemos una, porque la seguimos teniendo más allá que el tiempo o la realidad la hayan sacado de nuestro horizonte o la hayan reemplazado por otra.

¿Cuál es tu zanahoria? ¿Ser piloto, astronauta, estrella de televisión, contador? Seguramente hayan pasado por varias hasta encontrar la definitiva, ese sueño por el que podríamos dar la vida por alcanzar o al menos eso creíamos en ese momento. Pero el tiempo pasa y esos vegetales llenos de caroteno se van pudriendo a medida que nos adaptamos a la realidad, especialmente si nuestras pretensiones son muy altas. Poco a poco la comodidad y la seguridad le van ganando a la aventura mientras todo lo que soñamos va alejándose de la realidad y acercándose al recuerdo.

Hay zanahorias cortas y largas (esta vez si fue el último), las cortas tienen más chances de convertirse en realidad. Tener una familia, recibirse de abogado, tener un pequeño negocio, estás son las zanahorias más fáciles de alcanzar. No es por desmerecer estos sueños pero se acercan más a lo sensato, algo que con esfuerzo y dedicación es mucho más realizable. Pero como muchas veces ni las zanahorias ni los sueños, que en este caso son lo mismo, responden a la lógica, también tenemos los otros casos. Cosas más cercanas a la fantasía que a la realidad, donde algunos como yo caemos en las trampas que nos ponen las decepciones.

Sueños como convertirse en el guitarrista de una banda famosa, crear un invento que revolucione al mundo o ser famoso sin ningún talento aparente son los engaños más frecuentes en los que caemos de chicos y los que pronto abandonamos. Pero también sucede que hay algunos, entre los que me sigo incluyendo, que tratamos de darle forma a eso y alcanzar ese sueño para convertirlo finalmente en realidad.

Les voy a decir algo que parece una locura y soy conciente de que les estoy escribiendo desde un blog intrascendente a una audiencia conformada posiblemente sólo por mi vieja a la que eventualmente se le sumará algún que otro trasnochado pero me siento completo de haber encontrado un lugar para expresarme. Se que suena a fracasado pero en algún punto me llena. Mi zanahoria o parte de ella era y es poder expresarme y compartir mi punto de vista con la gente que quiera escucharlo y debatirlo. Y de alguna manera con esto lo logro. No les voy a mentir, me encantaría poder vivir solamente de escribir, cosa que en algún momento logré con resultados poco satisfactorios, pero en algún punto esto me completa y me da ganas de seguir buscando esa zanahoria que todavía no encontré pero que al menos, volviendo a la metáfora del burro, aprendí que nunca voy a alcanzar solamente tirando para adelante, que el camino para encontrarla está en no seguir las rutas convencionales y buscar por otros lados. Quizás nunca llegue, pero lo bueno que tiene no seguir la ruta marcada es que nunca sabes adonde podés llegar.

Así que mis amigos y amigas, mi pequeño consejo es que no olviden esa zanahoria, esa que es la suya y no la que les venden desde el marketing que los lleva a caminos interminables que nunca nos terminan beneficiando, porque siempre tienen que recordar ese palo a la que está sujeta siempre tiene gente dispuesta a sostenerlo (este no fue intencional). Porque al final de todo, es tan simple y tan complicado como tratar de detenerse a pensar que otra forma hay de llegar a la zanahoria, porque si seguimos yendo ciegamente hacia delante nunca la vamos a alcanzar.

domingo, 20 de junio de 2010

Valientes retrasados

En una de esas búsquedas desesperada por contenido que uno hace en la televisión, la mayoría de las veces sin éxito, el sábado a la noche caí en un programa que hace mucho no veía: “Televisión registrada”, pero que antes era uno de mis programas de cabecera así que decidí darle unos segundos más de chance, aunque me imagine lo que iba a terminar pasando। Sin decepcionarme un segundo los conductores mandaron un tape que confirmaba mi postura de sacar a este programa de la lista de los preferidos. El informe era de un comentario que hizo Mirtha Legrand en su programa de que tenia un familia de ella desaparecido y que fue a pedir al interventor del canal 13, un general de la marina, por ellos. Según comentaba ella era la primera vez que lo decía, este tape correspondía a la semana pasada. Pegado a esto estaba la respuesta sacada del programa “6,7,8” en donde Juan Leyrado, invitado al programa, increpaba a la señora de los almuerzos diciendo que debería haber dicho esto antes, lo que hubiera servido para enjuiciar al interventor de ese momento de canal 13, incluso después salio otra persona que no era conocida diciendo que la invitarían a declarar.

Hasta aquí todo bien, indiscutible es la postura de enjuiciar a los responsables de la sangrienta dictadura, pero después de ver eso me quedo un mal sabor de boca y me quede pensando en el por qué. Cuando lo ví a Leyrado, tan contento de escuchar su propia voz, acusando a la señora de no decir las cosas cuando estaban sucediendo me causo un poco de bronca. No porque me parece bien lo que hizo Mirtha, sino porque me pareció muy cómoda la postura del actor devenido en opinólogo. Es fácil sentarse en un estudio del viejo canal 7 construido en el 78 (¿habría que tirarlo abajo y construirlo de vuelta?) y acusar 30 años después a una señora que pasa los 80 años de haber tenido miedo। ¿Era la única ella? ¿No había muchos más que tenían miedo de decirlo? ¿Qué hubiese pasado si todos los que hoy condenan a la dictadura hubieran hablado en ese momento? Creo que el horror hubiera durado bastante menos, ¿no?

Que no se malentienda la opinión, creo que hay que seguir condenando lo que pasó para que no vuelva a suceder। Pero para que esto no pase “Nunca más” con eso sólo no alcance। No podemos condenar el pasado sin pensar en el futuro ni en el presente, porque justamente para eso condenamos el pasado, para tener un mejor futuro. Y si condenamos el pasado pero seguimos repitiendo los mismos errores el futuro que tengamos no va a ser muy distinto.

No estoy diciendo que estamos en un régimen similar al de la dictadura, ni siquiera que sea toda culpa de este gobierno, pero hay paralelismos que no podemos ignorar. ¿O acaso no existe miedo de hablar hoy en día? Lo digo también por los empleados de las empresas que tienen miedo de decir algo que perjudique la posición de sus jefes. Veo muchas acusaciones encontra del otro bando, pero pocas autocríticas a las decisiones de los superiores, ¿donde están los valientes ahí? ¿Donde están los que denuncian las torturas de la falta de agua, comida o calefacción que afecta a millones de argentinos que todavía no fueron beneficiados por un plan social? ¿Quien defiende a los torturados por las consecuencias mortales de la minería a cielo abierto? Y las denuncias por la privación de la libertad que viven los que temen la inseguridad, ¿quién las hace?

¿Será que es un poco más incomodo reclamar en el canal público la violación de derechos humanos que suceden hoy que las de hace 30 años? Quizás les cueste también a los canales privados reconocer que las cosas a veces no son como las pintan y ciertas miradas están teñidas de intereses empresariales।

Con todo esto no trato de separar opiniones sino todo lo contrario, quiero que todos reflexionemos un poco y seamos un poco más valientes. Pero valientes de verdad, enfrentándonos a los enemigos del presente, no los del pasado. Los enemigos de todos, no los de algunos pocos. Quizás de la única manera que podamos eliminar las injusticias de ayer y hoy para poder tener un futuro mejor sea luchando juntos contra ellas।

Por ahí esto no se parece a las habituales trivialidades que uno pone aquí, pero un poco la valentía verdadera tiene que ver con eso, con decir lo que uno realmente piensa en el momento, sin importar si le es cómodo o si va a recibir elogios o si alguien siquiera lo va a ver. Total el comentario demagógico y cómodo siempre va a haber alguien que lo haga.

lunes, 8 de marzo de 2010

Impresionantes edificios, viajes espaciales, obras conmovedoras, música celestial, hazañas deportivas y quien sabe que cosas más hicimos con el único fin de impresionarlas.

Para los seres que movilizan la humanidad casi sin proponérselo les deseamos un muy feliz día y les agradecemos por ocupar nuestras cabezas el resto de los días del año