martes, 11 de noviembre de 2008

Disculpe las molestias

Un día complicado, una vuelta a casa que parece eterna, empujones, mucha gente en el mismo espacio y todo ese olor a transpiración propia y ajena que te dice que las publicidades de antitranspirantes no son tan sinceras como deberían ser. Ese es el panorama que venís viviendo cuando llegás al último tren que finalmente te va a llevar a tu hogar y ves un cartelito que dice: “Servicio suspendido por reparaciones. Disculpe las molestias”. Es ahí, leyendo esta última oración cuando la sonrisa te vuelve a la cara, te das media vuelta con toda la alegría del mundo y te dirigís al medio de transporte alternativo contento de saber que tardaras dos o tres horas más de las previstas para volver a casa. Gracias a dios a alguien se le ocurrió incluir esa frase al final, sino todo hubiese sido muy diferente. ¿O no?

La inclusión de la frase: “Disculpe las molestias” no soluciona nada, en realidad, hasta es probable que enerve mucho más a la gente, como si se sintieran víctimas de una broma pesada. Pero entonces, ¿por qué incluirla?; ¿Por qué terminar así las oraciones, o los comunicados? Porque no es sólo esa frase, en la última década hemos sabido adquirir cientos de frases como estas que nos dejan el mismo sabor en la boca, o en este caso en los oídos, al escucharlas: “Lamentablemente no voy a poder ayudarlo”; “Disculpe la demora”; “Es un error del sistema”, etc. Es casi como si hubieran inventado un decálogo de sinónimos sólo para no decir: “jodete”.

¿En esto nos convertimos? ¿En eso evolucionó esta sociedad de la que muchas veces nos sentimos orgullosos? Porque hay que traducir estas frases que obviamente no dicen lo que parecen decir. Si las analizamos un poco podremos descubrir lo que realmente comunican que es: “Nos cagamos tanto en vos que hasta hacemos como que nos importa”. Porque las palabras tienen valor, y decir “lo lamento” o “disculpe” significa que hiciste algo que molesto o incomodó a la otra persona, pero que realmente te sentís mal por haberlo hecho. En este caso carece totalmente de significado. Disculparse por algo que ibas a hacer de todas maneras no es una disculpa, es una daga que se clava profundo en cada persona que la lee, porque no hay nada más humillante que te estén pisando a propósito mientras te piden disculpas.

No pueden admitir que no es gracioso y hasta simpático, que la misma persona que te caga la vida se atenga tanto a las reglas de buenas costumbres y de modales. “Disculpe, perdone, pase para el horno, muchas gracias”. Uno se pregunta que hubiera pasado si los nazis hubiesen usado buenos modales en los campos de concentración. Quien dice que seguirían existiendo hoy, claro que con un nombre más marketinero, no se, por ahí se llamarían “Spa exclusivo para la perdida de peso”, y quien podría quejarse en ese caso de que el nombre esta faltando a la verdad. Es más, hasta no me sorprendería que la gente pague para ir ahí. -Sí, uno sufre pero obtiene resultados -dirían algunas señoras de avanzada edad recomendando el lugar-.

Mis queridos chichipios, creo que no hay que dejarse engañar por esta elegancia al hablar. Después de todo, los poderosos se dieron cuenta hace rato que se atraen más moscas con miel que con hiel, que nunca supe lo que significaba hasta ahora (es bilis). La cuestión es que todo este aparente buen trato es lo que es realmente peligroso, porque el maltrato explicito dura poco, la gente no lo soporta y pronto se revela; pero este maltrato medido, sutil, escondido entre disculpas y frases rebuscadas es el que perdura largo y tendido, hasta que, ya muy tarde para hacer algo, nos damos cuenta de lo que paso.

Sigo creyendo que todavía somos más inteligentes que eso, especialmente nosotros que de maltratos ocultos y expuestos sabemos mucho, y que tarde o temprano vamos a reaccionar todos juntos contra el maltrato. Pero no el de algo en particular que nos moleste transitoriamente, sino el que venimos soportando todos juntos desde hace ya mucho tiempo y del que a veces nos distrae esa última frase del cartel.

2 comentarios:

Romu dijo...

Hola! Lei la mayoría de las conclusiones, pero esta es la primero que comento. Me encanta tu forma de analizar las cosas, la verdad yo me hubiera quedado con la ultima frase y pensaría "que educados piden diculpas!!" sin tener en cuenta que es algo que de todas maneras con o sin elegantes frases lo iban a hacer, es un hecho doloso. Voy a prestar mas atención a esas frases subliminales y tratar de no caer en la ingenuidad.

Besote muchacho.

Inserte nombre aquí dijo...

Hola Romina, gracias por el comentario. Si es verdad, hay que estar más atento. Nos vemos en el msn. Saludos