domingo, 17 de junio de 2007

El casi tan maravilloso como complicado mundo del amor

Mas allá que lo admitan o no, todos en algún momento se hicieron esta pregunta, ¿Por qué es tan difícil encontrar el amor? Y la verdad que la pregunta es valida, porque en el mundo hay hombres y mujeres. Los hombres buscan mujeres y los mujeres buscan hombre (en la mayoría de los casos) ¿Qué tan difícil es encontrar pareja?, si hay un montón de gente del sexo opuesto que esta buscando a alguien como yo, o parecido, aunque sea una de esa infinidad de candidatas va a querer estar conmigo, este calculo no puede fallar ¿o si?

Haciendo un mínimo análisis nos damos cuanta de que este planteo puede ser cualquier cosa menos sencillo, todos quieren encontrar pareja, pero no cualquier pareja. Todos establecemos una especie de lista de condiciones que el pretendiente tiene que tener para estar a nuestro lado. Hasta acá todo bien, no pueden culparnos por pretender ser minimamente exigentes en la elección de la persona que va a acompañarnos por el resto de nuestra vida. El problema es que la otra persona también tiene una lista similar, y les puedo asegurar que armar una lista con lo que uno quiere es fácil, cumplir la lista que otro espera de uno es otra historia. Porque uno busca a alguien perfecto para que lo acompañe, lo que no se da cuenta es que uno no es perfecto.

Así empiezan los desencuentros, las relaciones cortas, los primeros desengaños. Uno empieza a escuchar las famosas frases “yo pensé que eras de otra forma”, “me parece que esto no esta funcionando” y el ya muy desgastado “no sos vos, soy yo” .Frase que, si en el mundo de las relaciones la gente dijera lo que piensa, tendría que ser “sos vos, ¿cómo voy a ser yo?”. Y la sinceridad, de la que hablábamos antes, se va haciendo cada vez más fuerte a medidas que nos adentramos en este mundo de las relaciones amorosas. Al principio la sinceridad se destaca, más que nada por su ausencia, pero a medida que va conociendo más del tema nos damos cuenta que todos son sinceros cuando se trata del amor, simplemente que no en el idioma habitual, sino en un código, casi un sub-idioma del cual no hay escuelas ni diccionarios, sino que uno va aprendiendo a traducir sobre la marcha.

Este nuevo idioma que vamos aprendiendo a los golpes es casi una necesidad básica en el mundo del amor. En este ámbito cada vez más complicado e intrincado, decir directamente lo que uno piensa para que todos lo entiendan es como un delito. Por eso uno tiene que decir las cosas en código. Porque, como la mayoría de las relaciones de los seres humanos, necesitamos una buena cuota de discriminación. Entonces se forman sociedades secretas donde solo podés tener acceso sabiendo el idioma que manejan los demás, sino, el castigo será la soledad eterna.

Para que tengan una idea de este idioma, que seguramente lo escucharon más de una vez. Aquí van algunas frases características de ambos géneros, para ser caballeros primero las mujeres:

“Estoy con otro chico” (no me gustas)
“Estoy confundida” (ya tengo otro y tengo todo arreglado, lo único que tengo que hacer es sacarme de encima al rey de los mamertos que venís siendo vos)
“Te veo solo como amigo” (no me acostaría con vos ni aunque fueras el último hombre sobre la faz de universo y el que nosotros tengamos relaciones sea la ultima esperanza para la subsistencia de la raza humana)

“Mi mejor amiga se casa, que alegría” (si no me propones casamiento antes del casamiento de la bruja esta, me va a doler la cabeza todas las noches hasta que se te marchiten los huevos)
“Viste que perra Claudia, se transo como a 3 chicos anoche” (se transo a los tres chicos que me quería transar yo)

Y ahora de los hombres:

-“Hola” (quiero tener sexo con vos)
-“¿Como te llamas?” (Quiero tener sexo con vos)
-“¿De donde sos?” (Quiero tener el sexo con vos)
-“Disculpe señora, esta su hijo en casa” (quiero tener sexo con vos aunque seas una vieja demacrada y además la madre de mi mejor amigo)
-“Que interesante lo que estas contando” (estoy desesperadísimo por tener sexo con vos y no hay nada en el mundo que me haga cambiar de parecer, ni siquiera esta aburridísima historia que me estas contando de la que cada palabra parece una siglo en el infierno. Pero estas tan buena que no me importa nada y con tal de encamarme con vos la escucharía 180 veces más por más que me tenga que arrancar los oídos con las manos para poder soportarla)

Ahora, más allá de que seamos literatos en la traducción del idioma castellano al código que manejan los hombres y las mujeres, hay algo fundamental que tenemos que entender si es que queremos llegar a tener algún tipo de contacto con el sexo opuesto, mas allá del contacto con nuestros padres claro. Hay un principio fundamental que se aplica a cualquier tipo de atracción amorosa, que es lo que condicionó nuestra existencia como seres humanos, más o menos, desde el hombre de neanderthal hasta el día de hoy. Y es que todos quieren lo que no pueden tener.

Esto que parece tan sencillo reducido una simple frase, es infinitamente complicado. Yo te quiero pero si vos me queres a mi, voy a querer al otro que no me da ni cinco de bola. Claro que a este al que ahora le doy bola le voy a interesar menos todavía, le va a gustar alguien que no quiera verlo ni en figuritas. Y así el círculo de los desencuentros continua. No sigue la más mínima lógica, pero eso es lo que le da ese gustito agridulce al amor. Para definirlo en palabras, seria algo así como lo diametralmente opuesto a todo lo que el razonamiento humano puede llegar a sugerir, quizás esto aclare por qué nos devanamos el cerebro tratando de entenderlo. Cosa que, después del calentamiento global, es el peor error de la raza humana. Tratar de entender al amor.

La cuestión pareciera ser entonces, tratar de buscar un balance en el tema de las relaciones. Como en el resto de las cosas de este mundo, encontrar a alguien a quien queramos lo suficiente para compartir el resto de nuestras vidas, pero no demasiado para que no se nos espante, y por supuesto que del otro lado pase lo mismo. Esto que explicado así podría hasta parecer sencillo, es casi lo más complicado de nuestra existencia. Posiblemente, lo único que existe en el mundo más complicado que eso, es mantener esa relación por el resto de nuestras vidas.

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